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29 de marzo de 2024
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¿Llegarán las cenizas a Buenos Aires?
El fenómeno que puso en alerta tanto a Chile como al sur del país podría alcanzar la Capital Federal en los próximos días, según expertos
23 de abril de 2015
Los cambios en los vientos podrían arrastrar las cenizas derivadas de la erupción del volcán chileno Calbuco a parte de la provincia de Buenos Aires, según indican algunas previsiones meteorológicas.

De acuerdo con los pronósticos, el fenómeno podría sentirse con mayor intensidad entre mañana y pasado, aunque todavía se trata de una posibilidad.

"Los vientos, por ahora, están en la zona del volcán. Eso está generando cenizas en Río Negro y parte de Neuquén, algunos puntos del oeste de La Pampa y el sur de Mendoza, y comienzan a tomar rumbo hacia el lado chileno. Esa es la configuración de vientos hoy", señaló el meteorólogo Leonardo De Benedectis.

"Esto puede ir cambiando si el volcán sigue en actividad y si sigue emitiendo ceniza. Si hablamos del fin de semana, con las condiciones actuales, ahí ya empieza a cambiar la situación porque el viento rota al oeste y tendríamos un acercamiento al sur de la provincia de Buenos Aires", precisó.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Daniel Gollan, difundieron algunas recomendaciones para evitar problemas en la salud ante la llegada del fenómeno.

Los habitantes de las zonas donde se detecte presencia de cenizas deben permanecer en el interior de las viviendas o instituciones. En caso de exponerse al aire libre deben utilizar máscaras protectoras, pañuelos de trama fina o barbijos dobles como sustitutos para retener las partículas respirables.

También es importante evitar que la piel entre en contacto con las cenizas y para ello debe utilizarse una vestimenta adecuada, es decir mangas largas, guantes y botas.

Según detallaron, la lluvia de cenizas puede provocar síntomas respiratorios agudos, como irritación y secreción nasal, irritación y dolor de garganta, irritación de las vías respiratorias en personas con asma o bronquitis; síntomas oftalmológicos, como conjuntivitis y abrasiones de la córnea; e irritación de la piel, como dermatitis y alergias.