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06/06/06, vuelve "La Profecía"
Nueva versión de la película que anuncia la llegada del Anticristo. Lea la crítica y acceda a las imágenes del film y del pequeño Demian
6 de junio de 2006
(Especial para Asteriscos.Tv)
A Dios gracias, las ciencias biológicas nos han legado el concepto de la clonación, sin el cual nos resultaría algo complejo intentar una descripción de esta nueva versión de “La Profecía” (“The Omen”). (La crítica sigue debajo de las imágenes).
Imágenes de la película:
Imaginemos que, allá por 1976, un especimen único del ecosistema cinematográfico se extinguió después de hacer bastante ruido y marcar un estilo. Ahora imaginemos que treinta años después, un grupo de sabios productores rescata el ADN, el código genético de ese film y nos presentan el resultado de su experimento: una película clonada.
¿De qué trataba la versión original de “La Profecía”? De un diplomático estadounidense que adoptaba a un recién nacido para cubrir la muerte de su hijo, fallecido durante el parto. Los primeros años del pequeño Demian serán tranquilos; con el tiempo se va revelando el horror profetizado: el advenimiento del Anticristo, el Fin del Hombre. Bueno, hasta ahí lo que se puede contar de aquella película de 1976, dirigida por Richard Donner. Ahora, ¿de qué trata la versión actual de “La Profecía”? Exactamente de lo mismo.
Eso es “La Profecía” en su modelo 2006: un calco más o menos eficaz del original. El director John Moore convocó al mismo guionista que escribió la versión de 1976 (David Seltzer) y juntos decidieron que no tenía caso rescribirla. Resolvieron dejarla, más allá de pequeñas variaciones, tal como fue concebida treinta años atrás. Hicieron lo que en música se conoce como “transportación”: cambiaron la tonalidad, pero la melodía es la misma. Escena por escena, casi sin tomarse licencias.
Claro que Moore no es el señor Richard Donner. El joven Moore tiene apenas seis películas en su haber, de las cuales sólo una (“Detrás de las líneas enemigas”, 2001) trascendió internacionalmente.
Para Donner, en cambio, “La Profecía” funcionó como una bisagra entre su prolífica etapa televisiva y su vida dedicada al cine. En ambos campos acumuló pergaminos. En la pantalla chica dirigió episodios de las series más emblemáticas de los 60 y 70, desde “El hombre del rifle” hasta “Petrocelli”, pasando por “Ruta 66”, “Combate”, “El fugitivo”, “El agente de CIPOL”, “La isla de Gilligan”, “El Superagente 86”, “Las calles de San Francisco”, “Kojak” y “El hombre nuclear”, entre muchas otras. En cine, después de “La Profecía”, filmó “Superman” (primera y segunda parte), “Arma mortal” (primera, segunda y cuarta parte), “Los Goonies”, “Maverick”, “Asesinos” y la reciente “16 Blocks”.
En cuanto a los que están delante de cámaras, hay quienes salen airosos de las comparaciones. Julia Stiles hace méritos para competir con la original Lee Remick en el papel de la madre de Demian. El precoz Seamus Davey-Fitzpatrick puede plantarse sin problemas ante el Demian circa 1976, que encarnara Harvey Stephens. Tanto David Warner en los 70 como David Thewlis en este nuevo milenio cumplen dignamente su rol de fotógrafo inquisitivo. Incluso, Mia Farrow mejora en esta flamante versión a la diabólica niñera original, que interpretaba la británica Billie Whitelaw.
Al pobre Liev Schreiber le tocó tomar el lugar de uno de los próceres de Hollywood: nada menos que Gregory Peck. No era sencillo y, en los hechos, uno no puede dejar de extrañar la sobriedad de Peck, mientras lo ve a Schreiber corriendo atrás del endemoniado Demian.
Pero la nostalgia por aquel original lejano es sólo asunto de veteranos. De memoriosos que vivieron los 70 y presenciaron el alumbramiento fundacional de “La Profecía”, o de quienes son curiosos al visitar el videoclub. Pero, ¿qué les pasa a quienes no conocen la versión de Donner?, ¿qué pasa con aquellos a quienes el nombre de Gregory Peck apenas si les suena?
“La Profecía” (de 1976) formó parte de una generación de películas (junto a “El exorcista”, “El bebé de Rosemary”, “Carrie” o “El inquilino”) que marcó un estilo dentro del género y dejó atrás para siempre el ideal gótico de criaturas bizarras que habían transformaron a las películas de terror en una industria Clase B.
Pero su reinado no duraría para siempre. Desde fines de los 70 y hasta los 90, las películas de terror se convertirían en un sangriento muestrario de crímenes seriales. Ése es el sello dominaría el género durante una larga década. Fue el tiempo de de los directores John Carpenter, Wes Craven, Sean Cunningham y sus innumerables imitadores. La era dorada de Freddy Krueger y sus “Pesadillas en lo profundo de la noche”, de Jason y sus “Martes 13”, de Michael Myers y sus días de “Halloween”.
A ellos también les llegó su hora. Y el certificado de defunción lo puso el propio Wes Craven al filmar una película como “Scream”, en la que el terror hollywoodense dio su última pirueta, inteligente y cínica, para luego languidecer y pasarle el comando del género al cine del Lejano Oriente.
Es, como se puede ver, mucha la sangre que corrió bajo el puente desde aquel estreno fundacional de “La Profecía”, hace treinta años. Lanzar en 2006 una remake que a duras penas se diferencia de aquella es, a todas luces, una movida audaz. Los resultados de esta jugada, aún están por verse.
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