Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
24 de abril de 2024
Seguinos en
El llanto de Carrascosa
El marido de María Marta lloró al escuchar el testimonio del encargado del comedor de un barrio humilde de Pilar, con el cual colaboraba su asesinada mujer
18 de abril de 2007
Fue una jornada especial del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce.

Su esposo, Carlos Carrascosa, sospechoso del asesinato, lloró al escuchar el testimonio del encargado del comedor de un barrio humilde de Pilar, con el cual colaboraba su asesinada mujer, María Marta García Belsunce.

Roberto Effling se quebró en llanto al recordar a la mujer muerta en el country Carmel, y dijo que el crimen lo había conmovido.

"Primero estaba mi madre, después mi esposa, y después la señora María Marta", explicó el responsable del comedor comunitario.

En ese momento emotivo, Carrascosa se quitó los lentes, rompió con su habitual actitud indiferente, y se secó unas lágrimas.

Un jardinero que ayudó a limpiar la casa de María Marta en el country Carmel tras el crimen también declaró en el juicio que se le sigue al viudo en los Tribunales de San Isidro.

En tanto, Enrique Tacchetti, un remisero de confianza de Guillermo Bártoli, cuñado de María Marta, también testificará en el caso. Es por una bombacha de campo y una camisa blanca que estaban manchadas de sangre y que fueron aparentemente donadas y llevadas a un comedor de niños.

También está previsto que declaren dos ex gerentes de Cazadores, la empresa de vigilancia privada que tenía en la época del crimen el country Carmel, entre ellos Alberto Mercado, jefe de la firma.

El testigo más importante que estaba citado para este miércoles, el fiscal de la Cámara Nacional de Casación Penal Juan Martín Romero Victorica, amigo de la familia García Belsunce, informó al tribunal que no se encuentra en Buenos Aires y pidió declarar por escrito.

Fuentes judiciales explicaron que el Código Procesal Penal bonaerense no prevé este beneficio para los funcionarios judiciales y que Romero Victorica, que estaría de cacería en algún punto del país y regresaría el domingo, tiene que declarar sí o sí ante el tribunal.

La única excepción que prevén las normas y que obliga a un tribunal a trasladarse fuera de la sala de audiencia es que la declaración genere al testigo un perjuicio irreparable.

Romero Victorica asistió al velatorio, intentó conseguir un médico forense e incluso charló con el fiscal Diego Molina Pico cuando el instructor llegó a la casa junto a un jefe policial al día siguiente del crimen.

Para el jueves, en tanto, los jueces se trasladarán al country Carmel de Pilar, donde realizarán una nueva inspección ocular.