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28 de marzo de 2024
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Lázaro apunta arriba: "Quieren que todo se corte en mi figura"
Desde la cárcel de Ezeiza, dijo que "hay demasiada mano extraña en la causa" y le apuntó a Máximo Kirchner. "A mis hijos los escracharon y a él no", dijo
3 de julio de 2016
Habló Lázaro Báez. Por ahora a un medio. Tal vez en los próximos días formalmente ante el juez.

Desde la cárcel de Ezeiza, donde está detenido por la causa de la ruta del dinero K, Báez habló con Infobae del escrache que sufrieron sus hijos al llegar a Buenos Aires, insistió con que no es testaferro de Cristina Kirchner y aseguró que en la causa "hay demasiada mano extraña para que el hilo se corte" en su figura. "No soy testaferro de Cristina Fernández de Kirchner ni de la familia Kirchner. Un testaferro no pediría, en la causa y por escrito, que se investigue la obra pública", sostuvo.

Consultado sobre si se siente traicionado por la ex presidenta, Báez apeló a la ambigüedad: "No sé si trata de traición o no traición. Lo que sí creo es que acá hay demasiada mano extraña para que el hilo se corte en Lázaro Báez".

Báez y sus hijos deberán someterse a indagatoria ante el juez Sebastián Casanello. El martes irán a Comodoro Py Martín, Leandro y Melina Báez, y el miércoles será el turno de Lázaro, su contador Daniel Pérez Gadín y el abogado Jorge Chueco. Para el jueves fueron citados Luciana, la cuarta hija del empresario, y el abogado Juan Pedro Damiani.

Al llegar a Buenos Aires, en la madrugada del miércoles, los hijos de Báez fueron escrachados en Aeroparque. "Chorros", "ladrones", "son todos corruptos", "devuelvan la plata que nos robaron" fueron algunos de los gritos que escucharon al desembarcar del vuelo regular de Aerolíneas Argentinas que los trajo desde Río Gallegos. En el mismo avión viajó Máximo Kirchner, el hijo de la ex presidenta, que no sufrió escraches.

Sobre este episodio, Báez se mostró dolido y desconfiado: "Esa es una expresión clarita de lo que estamos hablando. A mis hijos los insultaron, mientras que atrás sale el hijo de la ex presidenta, muy amable, todo el mundo con una recepción fantástica… Pero nosotros no éramos los que manejábamos los intereses de este país ni tampoco éramos, como dicen, los que direccionaban la obra pública. Es macabro que se direccionen todos esos insultos y esa agresión hacia mis hijos".