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19 de abril de 2024
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Autopsia vincula muerte de Débora Pérez Volpin con la endoscopía
"La causa de muerte ha sido congestión y edema pulmonar, neumomediastino y neumoperitoneo", dice el informe de los forenses al que tuvo acceso La Nación. Y que fue producto de lesiones en esófago y estómago
17 de febrero de 2018
Las sospechas de una praxis que terminó siendo fatal para la legisladora y periodista Débora Pérez Volpin crecen cada día.
Los resultados de la autopsia vinculan la muerte con la endoscopía.

"La causa de muerte determinada macroscópicamente ha sido congestión y edema pulmonar, neumomediastino y neumoperitoneo", dice el informe de los forenses al que tuvo acceso La Nación.

Los expertos apuntan que el neumomediastino y el neumoperitoneo -el ingreso letal de aire en el espacio medio de la caja torácica y en la membrana que cubre la superficie interior del abdomen- "estarían en relación con las maniobras instrumentales endoscópicas practicadas en la vía digestiva, dado el hallazgo de las lesiones descriptas en el esófago y estómago".

Los forenses interpretaron que las maniobras endoscópicas estarían en relación con el cuadro que desencadenó la muerte de la periodista.

Los resultados no son concluyentes, ya que se esperan los análisis de la anatomía patológica, para establecer si las perforaciones encontradas en el esófago y en el estómago son "completas".

Estos estudios, se conoció ayer, estarán disponibles recién dentro de 30 días.

La hipótesis principal que surge de la autopsia es que durante el procedimiento médico el aire que insufla el endoscopio para permitir la exploración y observación se filtró por las lesiones producidas, haciéndole colapsar distintos órganos. "Si bien la congestión y el edema pulmonar son la expresión final de una falla cardíaca, la misma es la consecuencia del barotrauma generado por el neumomediastino y el neumoperitoneo, los cuales estarían en relación con las maniobras instrumentales endoscópicas practicadas", explica el informe.

Los forenses encontraron aire en muchos de los órganos y cavidades explorados. La autopsia revela que incluso, al momento de abrir el abdomen para estudiarlo, los médicos notaron que salió aire.

Las placas radiográficas, además, confirmaron la presencia de enfisema subcutáneo, que es la penetración de aire debajo de la piel. Tenía aire debajo de la cara, el cuello y tórax.

Los médicos encontraron distintas fracturas en el esternón y las costillas, y una lesión traumática en el ojo derecho, que se supone que se produjeron en los intentos de reanimación.

Se investiga si estas maniobras y el bolseo no agravaron el cuadro al incrementar la presencia de aire dentro del cuerpo. Otro dato que llama la atención es que Pérez Volpin tenía las uñas pintadas: solo dos están sin esmalte, cuando en las intervenciones con anestesia se suele exigir el retiro total de la pintura, porque las uñas permiten el monitoreo de los signos vitales.

Los peritos de las partes recibieron el informe y firmaron las conclusiones, que ya forman parte de la causa. También acordaron los términos de la histopatología que determinará cuándo se produjeron las lesiones. Será clave para determinar responsabilidades.

La Nación revela que tras leer las conclusiones, en el entorno de la periodista quedaron shockeados por la magnitud de las lesiones.

Solo en el estómago, a la altura de la curvatura menor, le encontraron nueve heridas: cuatro tenían doce centímetros de longitud y casi un centímetro de ancho. Hay otras cinco de tres centímetros. "Múltiples efracciones agrupadas con características de ser longitudinales, lineales y paralelas", dice el informe. Como si fuera un arañazo.

La empresa Galeno, propietaria de la clínica La Trinidad, donde murió Pérez Volpin, designó un perito que estuvo en la lectura de la autopsia, por pedido de la empresa al juez Gabriel Ghirlanda, de ser parte de la causa, algo a lo que la querella se opone.