La selección de Trinidad y Tobago empató ante Suecia sin goles, con diez hombres a raíz de una expulsión y una defensa amurallada, cuyo héroe fue el arquero Skaka Hislop.

Inglaterra quedó como único puntero del Grupo B con tres unidades tras doblegar ajustadamente a Paraguay con un gol en contra del Colorado Carlos Gamarra, delante Suecia y Trinidad y Tobago.

Suecia, que jugó en ventaja numérica todo el segundo tiempo, al ser expulsado Avery John en el minuto 46, tropezó contra su propia incapacidad de generar espacios mediante jugadas creativas o cambios de ritmo, por lo que todos los avances morían en callejones sin salida.

El equipo rojo comenzó lentamente a animarse, a entrar en confianza, a sentir que no era nada más que un convidado de piedra destinado a sufrir goleadas en el Mundial y lanzó algunos ataques aislados.

Collin Samuel se deshizo varias veces de sus marcadores con rápidos desplazamientos en un intento por construir alguna jugada profunda, pero tampoco encontró eco en sus compañeros.

En otros momentos fue el juego brusco aplicado por los caribeños, al límite del reglamento y con riesgo para la integridad física del adversario lo que frenaba la embestida de los nórdicos.

Pero la tolerancia del árbitro Shamsul Maidin, de Singapur, se terminó apenas iniciado el segundo tiempo cuando Avery John se arrojó a los pies de Christian Wilhelmsson en violenta maniobra y se ganó la primera tarjeta roja del Mundial.

Con diez hombres se esperaba que pudiese flaquear la férrea resistencia de los caribeños, pero el moreno Cornell Glen hizo enmudecer a los suecos cuando disparó desde media distancia e hizo estrellar el balón en el hierro del travesaño.

Los suecos seguían atacando de manera frontal, con pelotazos anunciados, sin sorpresa y permitían que la defensa de una de las cenicientas del Mundial se escalonara con inteligencia para y tenacidad para evitar la caída de su valla.