Entre las muchas encrucijadas que afectan al planeta frente al coronavirus, una de las mayores es hasta cuándo aplicar la estrategia de distanciamiento social para hacer frente a la pandemia.

En la Argentina arrancó el 20 de marzo último, y si bien se postergó hasta el 26 de abril, todo indica que se extenderá al menos durante parte de mayo.

El distanciamiento social que estamos experimentando como consecuencia del coronavirus​, ¿podría prolongarse en el tiempo? Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, existe la posibilidad de que se sostenga en forma intermitente hasta 2022 si no aparece antes una vacuna.

Sin embargo, especialistas locales aseguran que es muy pronto para afirmar eso y que dependerá de la evolución de la pandemia.

La simulación por computadora del equipo de Harvard, que se publicó en un artículo en la revista Science, asumió que el COVID-19 se volverá estacional, como los coronavirus estrechamente relacionados que causan el resfriado común, con tasas de transmisión más altas en los meses más fríos.

Por eso, advierten, un bloqueo de una sola vez no será suficiente para controlar la pandemia y podrían darse picos secundarios mayores si es que no se sostienen determinadas restricciones.

"Las infecciones se propagan cuando hay dos cosas: personas infectadas y personas susceptibles. A menos que haya una cantidad enormemente mayor de inmunidad de lo que sabemos, la mayoría de la población sigue siendo susceptible", dijo Marc Lipsitch, profesor de epidemiología en Harvard y coautor del estudio.

Y agregó: "Predecir el final de la pandemia en el verano (2020) no es consistente con lo que sabemos sobre la propagación de infecciones".
Nuevos tratamientos, una vacuna o una mayor capacidad de cuidados críticos podrían aliviar la necesidad de un distanciamiento físico estricto, señala el artículo.

"Pero en ausencia de estos, puede que haya que mantener la vigilancia y el distanciamiento intermitente hasta 2022", dicen los autores, que también aclaran que el nivel de distanciamiento requerido dependerá de la inmunidad que adquieran los infectados, entre otros factores. En este sentido, es que advierten que no es posible predecir lo que ocurrirá a largo plazo. Según Lautaro de Vedia, infectólogo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, "todavía no se sabe cómo se va a comportar la enfermedad en el futuro ni los niveles de inmunidad que tendrán los recuperados".

"Lo que plantean en el estudio es un modelo epidemiológico: un cálculo en base a múltiples factores que aún no están tan claros. Es un escenario potencial pero hay más interrogantes que certezas y, además, está la posibilidad de que aparezca antes una vacuna", sostiene el especialista del Hospital Muñiz. Y asegura que la vacuna cambiaría todo para bien.

El infectólogo sí advierte que probablemente haya que modificar algunos hábitos, vinculados a la higiene personal. "Ya estamos todos más conscientes con el lavado de manos, la importancia de toser en el pliegue del codo, ventilar los ambientes. La situación en el transporte público seguramente también se tenga que adaptar", suma. Eduardo López, infectólogo del Hospital Gutiérrez, coincide en que es muy pronto para dar precisiones al respecto. "El distanciamiento social va a depender de cómo siga circulando el virus y de la cantidad de personas susceptibles que se registren después de la pandemia. Si es muy baja y el virus se comporta como un virus de invierno, como la gripe, puede que el distanciamiento sea una recomendación para esa época del año. Pero tampoco lo sabemos", explica López.

"Falta información y tiempo para acceder a esa información. Hasta ahora tenemos el dato de que la inmunidad es de cinco meses porque ese es el tiempo que pasó desde el primer contagiado. Hay que esperar para sumar detalles", cierra el especialista.