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25 de abril de 2024
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Bergoglio, muy duro: "Maldicen el pasado para sacar ventaja"
El jefe de la Iglesia advirtió que "traicionan al pueblo los que maldicen para atrás, con gestos de violencia". Y cuestionó la falta de "diálogo institucional"
10 de junio de 2007
El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado, Jorge Bergoglio, criticó duramente ayer a quienes se pasan "maldiciendo el pasado" y azuzando las diferencias, "seguramente para sacar ventaja en el presente o en el futuro".

Reclamó, además, "perdón, arrepentimiento y reparación" frente a los errores pretéritos, junto con una mayor disposición al diálogo. Si bien Bergoglio no hizo mención alguna al presidente Néstor Kirchner ni a su Gobierno, sus palabras parecieron cuestionar el estilo presidencial.

En el marco de la tradicional celebración de Corpus Christi, en la plaza de Mayo, Bergoglio arrancó diciendo que "bendecir es algo que nos anda haciendo falta en nuestra comunidad. Decirnos bien las cosas que nos damos. El no decirnos bien las cosas en público es quizá uno de nuestros defectos (...) nos cuesta el diálogo público: el decirnos bien las cosas institucionalmente, delante de todos, para el bien de todos".

Su apreciación llegó luego de una semana en la que Kirchner fue impiadoso con Mauricio Macri, quien pasó a la segunda vuelta en las elecciones a jefe de Gobierno porteño.

El cardenal se metió después con quienes insisten en criticar el pasado. "Traiciona al pueblo los que maldicen para atrás", insistió. Y agregó que "también nos hace falta decirnos bien las cosas que nos dieron nuestros mayores: bendecir nuestro pasado, no maldecirlo. Lo que fue pecado e injusticia también necesita ser bendecido con el perdón, el arrepentimiento y la reparación".

"Y lo que fue bueno ¿añadió¿- necesita ser bendecido con el reconocimiento y la acción de gracias que sabe valorar la vida". Señaló que agradecer lo que nos fue legado, aún con imperfecciones, "es de bien nacido".

Opinó que "el que maldice para atrás es porque seguramente está planeando sacar ventaja en el presente o en el futuro, una ventaja que no será una bendición para otros".

"Nos hace falta bendecir el presente, hablar bien unos de otros. No para adularnos, sino buscando lo que construye, lo bueno que compartimos y que supera las distintas perspectivas". Y dijo que la bendición de Abraham "nos divide de los pocos que maldicen con palabras y gestos de violencia, exclusión, injusticia y mentira", indicó.