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26 de abril de 2024
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El gobierno rechazó las palabras de Bergoglio
El ministro del Interior dijo que "si a la religión se la utiliza como bandera política, no es la Iglesia de Cristo". Crece el malestar de Kirchener con el jefe de la Iglesia
10 de junio de 2007
El Gobierno reaccionó con dureza ante las críticas que el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hizo sobre la situación política nacional.

En esa línea, el titular de la cartera política, Aníbal Fernández, cuestionó la áspera homilía leída en un palco montado sobre la Avenida Rivadavia, ya que la Iglesia, a su entender, "es la casa de todos los cristianos".

No se trata, por supuesto, del primer cortocircuito entre la Iglesia y el Gobierno. Desde la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia la relación siempre ha sido dominada por la tensión. La primera complicación fue cuando la Casa Rosada nominó a Carmen Argibay para la Corte Suprema y ésta se declaró atea militante y a favor de la despenalización del aborto.

Pero el caso más emblemático se dio en febrero de 2005, cuando el Gobierno empezó a reclamar la salida de monseñor Antonio Baseotto como obispo castrense. Baseotto había cuestionado al ministro de Salud, Ginés González García por promover el reparto de preservativos entre jóvenes y la despenalización del aborto.

Aquella vez, Baseotto apeló a una cita bíblica para decir que aquellos que escandalizan a los pequeños merecerían "ser arrojados al mar".

Para Kirchner, eso fue una alusión a los "vuelos de la muerte" y le quitó el rango de subsecretario y un ingreso mensual del orden de los cinco mil pesos.

La tensión hizo que, por primera vez, un Tedéum del 25 de mayo se realizara fuera de Buenos Aires. Sucedió en 2005 en Santiago del Estero.

Desde allí el diálogo entre Kirchner y Bergoglio está cortado. Mucho más cuando el cardenal avaló la candidatura del obispo Joaquín Piña como constituyente en Misiones. Desde entonces, el Presidente le colgó el sayo de jefe de la oposición.

Sin embargo, en una entrevista radial que ofreció en el cumplimiento de su cuarto año en el poder, declaró: "Yo tengo las puertas abiertas y el corazón abierto a Monseñor".