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19 de abril de 2024
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Agónico triunfo de Alemania
El conjunto local venció 1 a 0 a Polonia con un tanto de Oliver Neville en el minuto de descuento. Quedó a un paso de la clasificación a octavos de final
14 de junio de 2006
Sufriendo más de la cuenta, así le ganó Alemania a Polonia por 1-0, en el segundo encuentro válido por el Grupo A de la Copa del Mundo, y quedó a un paso de la clasificación para octavoss de final.

El delantero Oliver Neville, en el primer minuto de descuento, le dio el triunfo al conjunto dirigido por Juerguen Klinsmann, que de esta manera con un empate entre Ecuador y Costa Rica, mañana, estará en la próxima ronda.

Alemania fue muy superior a Polonia, que terminó con diez hombres por la expulsión de Sobolewski, en el minuto 75.

Los últimos minutos del encuentro Alemania fue un torbellino y Polonia aguantó hasta que Neville, arrojándose al suelo, conectó un centro desde la derecha de David Odonkor.

Ambos equipos dispusieron de posibilidades de marcar, pero el gol tardó bastante en llegar, pero cuando lo hizo, estallaron los miles de fanáticos locales que coparon el "Westfalenstadion" de Dortmund.

La máquina alemana empezó a funcionar después de la media hora, justamente cuando se despertó Michael Ballack, que debutó en el mundial, tras la lesión que lo marginó del partido ante Costa Rica.

Las oportunidades estuvieron: un cabezazo de Klose, una mediavuelta de Podolski, un derechazo de Schweinsteiger desde la medialuna. La más clara, cuando expiraban los primeros 45 minutos, fue de Podolski, goleador alemán nacido en Polonia, no pudo aprovecharlo estando a sólo tres metros del arco.

Klinsmann se dio cuenta que tenía imponer una señal y trajo a los 13 del segundo tiempo al ídolo local, el juvenil David Odonkor, un delantero neto, velocísimo puntero derecho, en lugar de un defensa, buscando claramente mayor poder ofensivo.

Poco después puso a Oliver Neuville por Podolski. Klinsmann apostaba todo o nada al gol.

Cuando el tiempo reglamentario expiraba y el empate parecía que estaba escrito, Odonkor, corrió como si se acabara el mundo por la banda derecha, puso la pelota a los pies de Neuville y toda Alemania se unió en un estallido de euforia deportiva con pocos antecedentes.