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2 de mayo de 2024
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¿La Argentina se prepara para vacunar a los chicos?
El Gobierno estaría evaluando esa posibilidad y sería una de las razones por las que adquirió 24 millones de dosis de la china Sinopharm
26 de junio de 2021
El Gobierno argentino habría comenzado a evaluar la posibilidad de vacunar cuanto antes a los menores de 18 años.
Por su inclinación a socializar y la mayor confianza en que no enfermarán gravemente de Covid, ese rango etario suele ser -aunque toda generalización es negativa- más relajado con los cuidados, alertan especialistas.

Por eso, la vacunación contra el coronavirus de los menores de 18 años es una de las grandes preocupaciones que se plantea el mundo.

Los expertos sostienen que si se aspira a alcanzar la “inmunidad de rebaño”, es preciso que esta población también sea inoculada. El problema es que hoy no existen demasiadas alternativas para hacerlo.

Estados Unidos aprobó el 10 de mayo el uso de la vacuna de Pfizer para adolescentes de 12 a 17 años. Un mes después, China hizo lo mismo con la vacuna de Sinopharm, recomendada para chicos y adolescentes de 3 a 17 años.

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, acaba de anunciar la compra de 24 millones de dosis de Sinopharm, que llegarán en tres partidas de 8 millones durante julio, agosto y septiembre. La funcionaria no aclaró en principio quiénes serían los destinatarios de esas vacunas. Los expertos sostienen que el hecho de que la vacuna de Sinopharm esté aprobada en China para ese grupo etario -al igual que la Sinovac, no disponible en el país- no significa que automáticamente quede habilitada para eso mismo en Argentina. Es que el ensayo clínico que llevó a la autorización en el país asiático debe ser analizado por la Anmat, y eventualmente luego recomendar su uso de emergencia al Gobierno.

Pero queda por verse si las autoridades sanitarias locales deciden que los menores de 18 años sean los beneficiarios de estas vacunas, o al menos de parte de ellas.

Es que la otra alternativa disponible en el mercado, Pfizer, no puede ser adquirida por Argentina porque aún no se ha podido llegar a un acuerdo contractual. Brasil, Chile y Uruguay cuentan con Pfizer y tendrían el camino despejado para inmunizar a los chicos de 12 a 17 años.

En la Argentina hay unos 12 millones de chicos de entre 3 y 17 años. Si esas vacunas fueran efectivamente para ellos, a dos dosis por menor se llegaría exactamente a la cifra que le compró ahora el Gobierno al laboratorio chino. Se estima que en total los menores de 18 años en la Argentina son 15 millones, si se contabiliza desde los recién nacidos. También es cierto que estos nuevos lotes que empiecen a llegar a partir de julio pueden ser utilizados para cubrir eventuales baches que dejen en el camino AstraZeneca o Sputnik. Y entonces seguir vacunando a adultos con la vacuna china. Como sea, la adquisición de las dosis de Sinopharm le abren al país un nuevo abanico de posibilidades, dicen quienes siguen el día a día del coronavirus.

En la última semana llegaron al país dos millones de dosis de Sinopharm que fueron a parar directamente a los brazos de adultos mayores de 40 años. Pero otro podría ser el panorama en el segundo semestre del año, cuando empiecen a arribar los nuevos 24 millones de dosis chinas.

En el caso de que AstraZeneca cumpla a partir de ahora con entregas regulares, las vacunas alcanzarían para seguir vacunando con segundas dosis y, entonces, eventualmente sí contar con la alternativa de empezar a destinar las de Sinopharm a los menores de 18 años. Siempre y cuando el ente regulador sanitario argentino le dé el visto bueno.

La vacunación de chicos y adolescentes es una gran preocupación no sólo de los países, sino también de las familias. De hecho, algunas de las más acomodadas económicamente viajan a Estados Unidos para que sus hijos puedan recibir la vacuna de Pfizer. Más de 100 mil a argentinos viajaron al exterior en los últimos cuatro meses. Buena parte fue a Estados Unidos.

Esos viajes, que mezclan fines turísticos con sanitarios (vacunación) suelen tener un período ventana, entre la ida y la vuelta, de 21 días o más, justamente para que los viajeros puedan llegar a darse la segunda dosis antes de regresar.