Después de su auspicioso debut en un Mundial con un gol, Lionel Messi salió al cruce de las versiones que indicaban que existía malestar en el plantel por los gestos que había realizado tras el encuentro frente a Costa de Marfil, al quedarse con las ganas de jugar.

"Se han dicho muchas cosas que son todas mentiras, se dijeron cosas de más", aseguró la joven estrella de la selección, en su primer contacto con la prensa desde el comienzo del Mundial.

"Cuando terminó el partido (frente a Costa de Marfil) es verdad que a lo mejor me fui mal porque no había jugado, pero no tenía nada que ver con mis compañeros. Simplemente era porque quería jugar", aseguró, y negó haber estado ansioso.

Con sus anhelos mundialistas, el presunto descontento en el seno del plantel por lo ocurrido en Hamburgo, las presiones hacia el entrenador José Pekerman, el entusiasmo de los hinchas, su reciente lesión y las preguntas recurrentes de la prensa sobre estas cuestiones, Messi estuvo en boca de todos en las últimas semanas.

"Tenía ganas de entrar, ganas de jugar, pero no ansiedad por debutar en el Mundial. Cuando estoy en el banco tengo ganas de entrar a jugar como todos mis compañeros", señaló.

Consultado por la agencia Noticias Argentinas sobre sus sensaciones, la "joya" del Barcelona dijo que fue "un día especial" para él, ya que jugó poco más de 15 minutos y logró convertir, con un toque de derecha al primer palo.

"No sé si fue un día soñado, sí un día especial, una linda experiencia. Fue una alegría muy grande", afirmó, y se mostró complacido por haber compartido el equipo con futbolistas de la talla de Juan Román Riquelme y Carlos Tevez. "Teniendo grandes jugadores a tu lado, todo se hace más fácil, y quedó demostrado", recalcó.