El desarrollo de la industria se topó con la falta de energía para producir.

En los primeros cinco meses del año la industria manufacturera había crecido un 6,6%, pero en junio la crisis energética hizo de las suyas y produjo su desaceleración, por lo que creció un 5%, de acuerdo a los datos del Instituto de Estadística y Censos (Indec).

No obstante, en algunos sectores los efectos fueron más agudos y no sólo se frenaron, sino que decrecieron.

Los rubros más afectados fueron lácteos, fibras textiles, químicos, agroquímicos, plástico, vidrio, acero y aluminio, debido a un conjunto de factores que incluyen la falta de gas, electricidad, fueloil y gasoil.

La caída en la producción es atribuida a "factores climáticos atípicos, conflictos gremiales y restricciones energéticas en algunos sectores industriales". Es que las interrupciones en el suministro de gas y electricidad que en mayo ocurrieron algunos días, en junio se volvieron cotidianas en el afán de mantener los servicios en los hogares.

La producción láctea disminuyó en junio el 13,4%, con lo que profundizó la caída que venía experimentando en el año. En este caso, a la falta de energía se sumo la escasez de materia prima por problemas climáticos.

La industria textil produjo dos tercios menos que en junio de 2006. Aquí también entra en juego un factor externo a la crisis energética: la mayor fábrica del sector estuvo afectada por un paro durante 45 días entre mayo y junio.

En tanto, la elaboración de productos químicos básicos 15,2% y la industria de agroquímicos produjo un 28, % menos. La industria del plástico disminuyó en un 15,6% su actividad y el vidrio cayó un 3,7%. La actividad siderúrgica descendió el 8,6% y la de aluminio disminuyó un 1,5%.

También entre las industrias que disminuyeron su ritmo de crecimiento aparecen las de los frigoríficos de carne vacuna, las avícolas, las de azúcar y productos de confitería, bebidas, papeleras, tejidos, gases industriales, farmacéuticas y metalmecánicas (incluidas metalúrgicas y fabricantes de maquinaria, cocinas, lavarropas y heladeras).

Economistas advierten que una menor producción local, en un contexto de demanda creciente, eleva la presión inflacionaria e impulsa la competencia de productos importados.

No obstante, pese a la crisis energética, la industria utilizó el 72,7% de su potencial en junio frente al 72,1% el mes anterior.