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26 de abril de 2024
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Se cumplen 20 años de la leyenda creada por Diego
El 22 de junio de 1986, en México, Maradona le convirtió 2 goles a Inglaterra. Nació "La Mano de Dios" y el mejor gol de la historia de los mundiales
21 de junio de 2006
Por Adrián Taccone

El estadio Azteca de México fue escenario de la obra cumbre de Diego Maradona, como fue el segundo gol que le marcó a Inglaterra, en el partido que por cuartos de final la selección argentina ganó 2-1, para poder alcanzar las semifinales.

El gol recordado como "el mejor de la historia de los mundiales" fue una obra elaborada a los 54 minutos de juego, tras dejar en el camino a cinco jugadores ingleses, Reid, Sansom, Butcher, Fenwick y el arquero Shilton, para definir con un toque de zurda.

Pero nada mejor que extraer parte del relato que el propio Diego Maradona hizo en el libro "Yo Soy el Diego", y en donde cuenta esta maravillosa conquista.

"...La cosa fue así: yo arranqué atrás de la mitad de la cancha, sobre la derecha; la pisé, giré y pasé entre Beardsley y Reid; ahí ya me puse el arco entre ceja y ceja, aunque me faltaban unos metros, todavía... Con un enganche hacia adentro, lo pasé a Butcher, y es a partir de ahí donde me empezó a ayudar Valdano, porque Fenwick, que era el último, ¡no me salía! Lo esperaba a él, lo esperaba para hacer la descarga hacia adentro, que era lo lógico... Si Fenwick me salía, yo se la daba a Valdano y él quedaba solo contra Shilton... Pero Fenwick ¡no me salía! Yo lo encaré, entonces, amagué para adentro y me le fui por afuera, hacia la derecha... ¡Me tiró un guadañazo terrible, Fenwick! Yo seguí y ya lo tenía a Shilton de frente... Estaba en el mismo lugar que en aquella jugada de Wembley, ¡en el mismo lugar! Iba a definir de la misma manera, pero... pero el Barba (Dios) me ayudó, el Barba me hizo acordar... Pie... Hice así y Shilton se comió el amague, se lo comió... Entonces llegué al fondo y le hice, tac, adentro... Al mismo tiempo Butcher, el grandote rubio, que me había alcanzado de nuevo, ¡me pegó un patadón! Pero no me importaba nada, nada de nada... Había hecho el gol de mi vida".

Cuando se refiere al otro gol, el de la "Mano de Dios", Maradona señala:

"...Y me dio mucho placer el otro, también. A veces siento que me gustó más el de la mano, el primero. Ahora sí puedo contar lo que en aquel momento no podía, lo que en aquel momento definí como "La mano de Dios"... Qué mano de Dios, ¡fue la mano del Diego! Y fue como robarle la billetera a los ingleses, también..."

"Nadie se dio cuenta, en el momento: me tiré con todo. Ni yo sé cómo hice para saltar tanto. Metí el puño izquierdo y la cabeza detrás, el arquero Shilton, Peter Shilton, ni se enteró y Fenwick, que venía atrás, fue el primero que empezó a pedir mano. No porque la haya visto, sino porque no entendía cómo podía haberle ganado en el salto al arquero. Cuando yo vi que el juez de línea corría hacia el centro de la cancha, encaré para el lugar de la tribuna donde estaba mi papá, donde estaba mi suegro, para gritárselo a ellos... ¡Mi viejo había sacado medio cuerpo afuera, convencido de que yo había hecho el gol de cabeza! Estuve medio gil, porque salí festejando con el puño izquierdo cerrado y mirando de reojo a ver qué hacían los jueces, ¡mira si el arbitro se agarraba de eso y sospechaba! Por suerte ni se enteró. A esa altura, todos los ingleses protestaban y Valdano me hacía así, ¡ssshhh!, con el dedo en la boca, como si fuera una foto de una enfermera en un hospital".

"El me había dado el pase: habíamos tirado una pared, lo apuraron, me devolvió un adoquín, porque otra no le quedaba, y yo salté, salté con el arquero y el puño arriba, pero detrás de la cabeza... Golazo, golazo, a llorar a la iglesia... Como le contesté a un periodista inglés, de la BBC, un año después: "Fue un gol totalmente legítimo, porque lo convalidó el arbitro. Y yo no soy quién para dudar de la honestidad del arbitro".