Media hora después de la medianoche Telefé dio aire a la fiesta que se estaba desarrollando en el salón de usos múltiples de la casa de Gran Hermano Famosos.

Sin excesos, no los hubo en todo el ciclo, los participantes mostraron una alegría casi simulada.

No faltó el alcohol -¿quién dijo que es indispensable para divertirse? Ah, la permanente publicidad de las empresas del rubro como la del "batido adoro tu estilo"- vestuario con strass y alguna peluca, no mucho más...

Los finalistas (Jacqueline Dutrá, María Fernanda Neil, Lissa Vera y Diego Leonardi), más casi todo el resto, con la excepción de Amalia Granata -en Rumania (¿?) con su novio futbolista-, Jorge �Locomotora� Castro y Robertino Tarantini.

Los cuatro finalistas esperan, hablan, se aburren, aguardando el próximo miércoles para saber quién será el ganador del juego.

Pero el último jueves de Gran Hermano Famosos fue especial, porque durante el programa entraron los expulsados de las semanas anteriores y se quedarán hasta el lunes, el día que se iría uno de los finalistas. De ahí, hasta el miércoles, los tres que queden recorrerán el último tramo solos, a la espera de los 100 mil pesos.

La entrada a la casa de los �famosos�, esa especie de repechaje, tuvo que ver con el orden inverso de salida de los expulsados.

Así, el primero en ingresar fue Pachu Peña (que se había ido por decisión propia).

Enseguida empezó a fabular sobre su regreso (�Son 15 días más�) y sobre lo que estaba pasando afuera, principalmente una supuesta pelea, a las piñas, entre el �Roña� Castro y Jorge Rial.