26 de abril de 2024
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Hinchas argentinos se hacen pasar por discapacitados
Simpatizantes argentinos alquilaron sillas de ruedas para hacerse pasarpor discapacitados y poder ver a la selección
23 de junio de 2006
"A uno le da un poco de vergüenza pero no nos quedaba otra, no podíamos pagar € 500 una entrada", señaló uno de ellos.
Muchos de quienes llegaron a Alemania sin tickets para ver el mundial hacen cualquier cosa por conseguir una entrada, como en el caso de tres jóvenes argentinos que no podían pagar los boletos en la reventa por su alto costo, pero finalmente consiguieron localidades reservadas para discapacitados.
"A uno le da un poco de vergüenza pero no nos quedaba otra, no podíamos pagar 500 euros una entrada, si trajimos 200 para todo el mundial", relató Claudio, un argentino de 29 años, que consiguió a buen precio su ticket para el partido ante México, como lo hizo frente a Países Bajos.
Claudio y los otros dos muchachos lograron entradas de las que se habían reservado para discapacitados, pese a no sufrir ningún impedimento físico.
¿Cómo hicieron? Alquilaron tres sillas de ruedas, compraron las entradas y así vieron Argentina-Países Bajos y podrán observar el encuentro de mañana ante México.
El problema en el partido ante Países Bajos fue que la pasión pudo más y cuando en la cancha atronó el grito "el que no salta es un inglés", uno de ellos, llamado Ernesto, no pudo con su genio y dio saltos que hubiera envidiado hasta el cubano Javier Sotomayor.
"No fue increíble, nosotros lo mirábamos y no sabíamos como hacer para sentarlo. Al lado nuestro había un alemán que debe haber pensado que ocurrió un milagro al lado suyo, porque en sus cabezas no debe entrar la posibilidad de que alguien hago algo así para ver un partido de fútbol", comentó Gustavo, el tercer argentino en cuestión.
Muchas de las historia de los argentinos en Alemania son de película, porque entre los que se hacen pasar por discapacitados, los que juntan vasos y botellas para poder sobrevivir y los que le venden las entradas a los japoneses, se pueden hacer varios filmes.
Otro caso curioso es de quienes intentan vender sus entradas a los japoneses por verdaderas fortunas y luego tratan de comprar otras, a un valor inferior, para ver el partido y, además, quedarse con una diferencia en su bolsillo.
Ese es el caso de Gustavo, del partido bonaerense de Vicente López, quien hoy le vendió a un turista japonés un ticket que había conseguido a través de un amigo.
"Me pagaron 500 euros la entrada, ahora me la juego a conseguir uno por menos dinero, hasta 300 pago...", comentó.
También se formó un batallón de argentinos que juntan los vasos en la cancha para después venderlos.
"El otro día con Países Bajos entre cuatro juntamos más de cien y el domingo nos vamos a Nuremberg, porque los hinchas de la naranja mecánica son los más gaseosas consumen, y por eso vasos haces mejor diferencia", relató uno de los chicos rosarinos, que se transformaron en una especie de "cartoneros".
Cada uno se las ingenia como puede, teniendo en cuenta que para un argentino vivir en Alemania no es nada sencillo, por la relación que existe entre el peso y el euro.
Está claro que si los argentinos usaran su ingenio para otras cosas, el país sería diferente, pero, lamentablemente, es lo que hay.