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19 de abril de 2024
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A pesar de los celos, Paula quiere ganar "Bailando..."
La mujer de Tinelli reconoció que los celos son mutuos: “Cuando cortó las polleras por primera vez pensé: ¡a éste lo voy a matar!". Aseguró que va por el premio mayor
27 de agosto de 2007
Ser la mujer de uno de los hombres más exitosos e influyentes de la TV actual y querer pasar desapercibida no encaja dentro de una misma ecuación. Pero en la matemática de Paula Robles, sí. Casada con Marcelo Tinelli hace ya diez años y con dos hijos en común (Francisco y Juana) resignó su carrera artística para ser madre y esposa y recién este año se animó a retomar con su otra pasión: el baile.

A los 40 recién cumplidos, volvió a la televisión y se amigó con la exposición mediática. Aunque jura que es la misma de siempre y que hace todo lo posible por tener una vida cercana a la que tuvo de jovencita. Es decir, de barrio.

Ella misma se justifica: “viajamos tanto afuera para caminar por la calle sin que nos miren. Hay días en los que tenés que desintoxicarte. Necesitás ser nadie”. Y añade al respecto: “No puedo fingir el glamour. La verdad, vivo en zapatillas”.

Su infancia la pasó en Caballito, su papá era preparador físico de Ferro y su mamá, Dolly, bastante tenía con ella y sus tres hermanos: Celina, Pablo y Gabriela. “Jugaba a las escondidas en la fuente del Parque Rivadavia con la vecina del departamento B, iba al club a jugar al voley”, recuerda en una entrevista realizada por la revista Viva.

Después de que en 2004 sufriera un accidente que pudo haberla dejado paralítica mientras ensayaba para una obra de danza en el aire, Paula se siente más que feliz de haberse reencontrado con su profesión.

De hecho, la idea de participar en Bailando se le ocurrió a ella. “Fui yo quien le hizo la propuesta a Marcelo. Se lo pedí el año pasado. El dudó mucho, al principio no quería que me exponga tanto, aunque para mí fuera como una continuación de lo que hacía cuando él me conoció”, reconoce.

Hablando de su desempeño en el concurso de baile, más allá de la competencia que existe y del puntaje que le otorga el jurado, ella afirma ser muy exigente consigo misma. “Nos matamos ensayando”, sentencia.

Tampoco descarta la idea de ser la ganadora, sin importarle las sospechas y críticas que eso podrá generar. “Yo no quiero cerrarme a nada, no me puedo poner esa traba. Quiero cumplirle el sueño a Lourdes, esa nenita que necesita su casa”.

Noche tras noche, los mejores cuerpos de la Argentina desfilan ante la mirada de Marcelo. Sin embargo, Paula no se calla: “cuando cortó las polleras por primera vez pensé: ¡a éste lo voy a matar! Es una mezcla rara de sentimientos”, explica.

Pero a la vez se pregunta: “¿qué puede sentir Marcelo ahí, en pleno quilombo?”, ¿será que ya se acostumbró?

Según ella, tomarse las cosas con esa filosofía es posible ahora que llevan 10 años juntos. "No sé si estoy curtida o qué, pero también tiene que ver con lo bien que estamos nosotros. Te puede joder algo, porque amás al otro y sentís celos, pero sabés que todo es un show", resume.