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25 de abril de 2024
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"Cuba tiene un mejor sistema de salud que el nuestro"
Michael Moore, el multipremiado cineasta estadounidense, habla sobre su último film, Sicko, en el que vuelve a castigar duro a la administración Bush
11 de septiembre de 2007
"Decidí salir en gira por mi país para convencer, no sólo a los más jóvenes, que tenían que anotarse y votar, porque sino podíamos perder una oportunidad histórica. Y de hecho las elecciones presidenciales de 2004 lo fueron: el mundo no sería el mismo hoy si los resultados no se hubieran dado como se dieron", reflexiona el multipremiado cineasta Michael Moore, la pesadilla del gobierno de George Bush.

El provocador hombre nacido en Michigan realizó bajo el mayor de los sigilos Sicko, que en la Argentina se estrena el jueves 20. El documental pasó por el Festival de Cannes.

"Yo tenía un show por televisión, TV Nation, y un día se me ocurrió hacer una sana competencia -recuerda el hombre, ahora no tan excedido de peso-. Mandé camarógrafos a las salas de emergencia de un hospital en Fort Lauderdale, otra cámara a Toronto y la tercera a Cuba. Había que esperar que llegara alguien con un brazo o una pierna quebrada, lo que fuera, y luego comparar la atención y los costos. Lo asombroso fue que en Cuba el paciente tuvo la mejor atención que uno pudiera imaginar. Así que le dije a la gente de la NBC que había ganado Cuba. Fue entonces que recibí la llamada de un censor, bueno, ellos no lo llamarían así, pero esta mujer me dijo que no podía decir que Cuba tenía un mejor sistema de salud que el nuestro, y que estaba en contra de las regulaciones. Digamos que allí pudo nacer la idea."

Años después, Moore llevó a la isla de Fidel un contingente de estadounidenses que habían actuado en los salvatajes del 11 de setiembre.

"Ellos no habían tenido un cuidado satisfactorio por parte del sistema de salud de mi país. Así que los subí a una embarcación y, tras intentar que los atendieran en Guantánamo -donde los prisioneros sí tienen una atención ejemplar, vaya curiosidad: mi gobierno se encarga mejor de aquellos a los que considera sospechosos de atentar contra mi país que a los que dieron su sangre por salvar ciudadanos norteamericanos-, terminamos en Cuba".

Para testimoniar lo mal que funciona el sistema de salud en su país, Michael Moore viajó con sus cámaras a Canadá, a Francia, a Gran Bretaña.

"Y es increíble cómo el Gobierno inglés se hace cargo de todos los gastos -cuenta-. Los hospitales son públicos, y yo no podía creer que los ciudadanos no pagaran nada. Fíjese lo que pasa en mi país, donde hemos permitido que, en algún momento, la avaricia y la codicia se metiera de lleno en la salud, y se transformara en negocio. ¡Por Dios, estamos hablando de salvar vidas humanas!".