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29 de marzo de 2024
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El eclipse se pudo ver sólo en el interior: mal humor porteño
En la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano las nubes impidieron apreciar el fenómeno por el cual la luna tapó parte del sol. Se lo pudo disfrutar en Ushuaia, Córdoba y Salta
11 de septiembre de 2007
Los porteños y bonaerenses habrían podido disfrutar de un eclipse parcial de Sol, pero la tormenta impidió que se pudiera apreciar el fenómeno.

El eclipse, que representa la mayor alineación en el país desde 1994 y que sólo se repetirá en 2010, comenzó a las 7.43 en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores y alcanzó su plenitud a las 8.48, cuando la luna oculte el 52 por ciento del diámetro del Sol, de donde quedó completamente retirada a las 10.03, según informó el astrónomo del Planetario porteño, Mariano Rivas.

Aunque en muchos lugares el fenómeno no pudo ser observado, el eclipse era potencialmente visible en todo el país, aunque con diferentes intensidades: en las provincias del Norte, la luna cubrió entre 40 y 45 por ciento del sol, mientras que en la zona central la intensidad fue de entre 50 y 55 por ciento.

En tanto, la mayor profundidad del fenómeno se produjo en Santa Cruz y Tierra del Fuego, donde la luna cubrió el 70 por ciento del sol, precisó Rivas.

Donde sí pudo observarse fue en Córdoba, Tierra del Fuego y Salta.

Los cordobeses pudieron disfrutar durante casi una hora del eclipse parcial, que allí tuvo su punto máximo de ocultamiento (51 por ciento de la superficie) a las 8.42.

Desde las 7.36 hasta pasadas las 8.30 el fenómeno se pudo observar nítidamente en esa provincia, aunque luego las nubes interrumpieron el espectáculo.

En tanto, en Ushuaia gran cantidad de personas se reunieron para apreciar el fenómeno, mientras en Salta, en el otro extremo del país, si bien también fue visible, tuvo la más extrema de las indiferencias, ya que mucha gente ni siquiera estaba informada de que ocurriría.

El Planetario había dispuesto telescopios para que los aficionados pudieran apreciar en forma segura y gratuita el fenómeno.

Pero dadas las condiciones meteorológicas imperantes, el avistaje quedó trunco.