El gobernador kirchnerista Mario Das Neves obtuvo esta noche su reelección con un contundente triunfo en Chubut, lo que le permitió a la Casa Rosada celebrar un
nuevo triunfo a poco más de un mes de las elecciones nacionales.

Con el 69 por ciento de las mesas escrutadas, Das Neves se imponía con el 72,6 por ciento al radical Raúl Barneche, que alcanzaba los 12,4 puntos.

De esta forma, en el último test electoral antes de las elecciones nacionales del 28 de octubre, el kirchnerismo se anotó un nuevo triunfo, que serviría para traccionar votos a favor de la candidata presidencial, Cristina Fernández.

La amplia ventaja del gobernador se extendía en la mayoría de las intendencias, aun en distritos clave como Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia y Trelew, por lo cual el Frente Para la Victoria se encaminaba a ampliar su base de poder en la provincia.

Además, el PJ se quedaba con mayoría en la Legislatura provincial: de las 27 bancas en juego (la totalidad del cuerpo) el justicialismo obtenía 16, mientras que la fuerza aliada al oficialismo, el Provech, se quedaba con
dos plazas, lo que le daba a Das Neves los dos tercios del recinto.

Los primeros datos oficiales fueron suficientes para que Das Neves se adjudicara la victoria con un llamado al voto para Cristina Kirchner en octubre.

"De Chubut va a salir una andanada de votos para Cristina", se entusiasmó Das Neves en conferencia de prensa, luego de recibir el llamado telefónico del matrimonio presidencial, que desde la Quinta de Olivos lo felicitó por la victoria.

A pesar de la renuncia masiva de autoridades de mesa que generó demoras importantes en la apertura de los comicios, la jornada electoral en la provincia se desarrolló con normalidad, con una participación en las urnas que rondó la media histórica provincial
con el 72 por ciento.

De hecho, durante las últimas horas del sábado, el Tribunal Electoral provincial había revalidado la potestad de la Gendarmería Nacional para designar autoridades de mesa entre aquellas personas que fueran a votar a primera hora, una situación que se efectivizó en varios casos, pese a la queja de la gente que había programado otras actividades para la jornada.