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20 de abril de 2024
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Cristina habló en EEUU sobre la desaparición de Julio López
La candidata presidencial oficialista propuso un sistema internacional para la protección de testigos. Prometió iniciar una nueva etapa en derechos humanos
24 de septiembre de 2007
La candidata presidencial Cristina Fernández de Kirchner propuso hoy desde Nueva York
que se constituya "un sistema internacional de protección de testigos" al aludir a la desaparición de Jorge Julio López, al tiempo que se comprometió a encarar nueva etapa de defensa a los derechos humanos "de segunda generación".

Al participar de un diálogo público sobre derechos humanos en la Universidad de Nueva York, Cristina aseguró que la desaparición del testigo contra el represor Miguel Etchecolatz "marca con mucha fuerza y claridad la necesidad de juzgamiento" a los responsables de violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar.

Acompañada por el juez español Baltasar Garzón, la senadora sostuvo que el caso de López esconde "algo mucho más grave" que es "el mensaje mafioso de que todo el que
hable o atestigue en contra (de un represor) puede pasarle lo mismo que a López", lo que se revela como un intento "de hacernos sentir a los argentinos que estamos todos en libertad condicional".

En este sentido, la candidata indicó que a un año de la desaparición de López "se impone a toda la sociedad una fuerte reflexión", sobre todo para lo sectores "que sostenían que el reinicio de los juicios era simplemente remover el pasado".

La senadora reconoció la posible "ineficacia" de los sistemas de resguardo de testigos nacionales y se mostró a favor de constituir un "sistema internacional de protección
de testigos" para casos de delitos de lesa humanidad, al tiempo que señaló que en la Argentina se están abordando proyectos legislativos y judiciales para "aunar causas"
relacionadas con esta materia.

La candidata aprovechó su discurso, además, para destacar que en caso de alcanzar la Presidencia encarará una "nueva etapa" en materia de defensa a los derechos humanos, basada en el resguardo a los derechos de "segunda generación", relacionados con la lucha contra "la pobreza, la marginalidad" y el respeto a los "grupos minoritarios", tales como las comunidades indígenas.

"La Argentina que viene es un espacio nuevo, que tendrá a los derechos humanos como eje central, pero simbolizará los derechos humanos de segunda generación, que no tienen que ver tanto con la seguridad de la vida, sino con las condiciones en materia de pobreza, marginalidad o de grupos minoritarios", dijo.

Remarcó, de todos modos, que el esclarecimiento del destino de los desaparecidos durante la última dictadura "es una deuda de la democracia argentina" y volvió a cuestionar a la Justicia por haber "demorado los juicios en esta materia".

"Conocer el destino de las miles de personas desaparecidas es una deuda pendiente de la democracia argentina. No sólo para los familiares y la memoria de las víctimas sino para la propia historia de la Argentina como país", dijo Cristina en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, donde fue premiada con una medalla de honor.

En esta línea, la candidata al Ejecutivo criticó a la Justicia porque "ha demorado los juicios en esta materia, conspirando contra saber la verdad del destino de los queridos desaparecidos", y señaló que "el castigo de los represores es algo que merece toda la sociedad argentina".

Señaló, incluso, que la sanción de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final "retrotrajo a la Argentina a una situación predemocrática" y sostuvo que la aprobación de esas normas avaló la "impunidad".

Apuntó, de inmediato, a la importancia de construir "un sólo estándar mundial en materia de castigo para las violaciones a los derechos humanos", para evitar así "su subordinación de la justicia penal global a la razón de cada Estado".

Cristina Fernández consideró, al respecto, que los "principales incovenientes" que tiene la persecución de genocidas a nivel mundial son los "intereses económicos y
políticos de los Estados".

Puso como ejemplo el caso del ex dictador chileno Augusto Pinochet, al señalar que "una de las razones" por la cual la justicia británica se negó a extraditarlo a España al fue por "su colaboración con Inglaterra" durante la guerra de las Islas
Malvinas.

"Los derechos humanos no son una cuestión ni de derecha, ni de izquierda. Es un tema mucho más concreto; es el respeto incondicional a la condición humana", concluyó.