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19 de abril de 2024
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El debut como directora de la hija de un ganador del Oscar
De qué se trata "XXY", la película que puede representar a la Argentina en la meca del cine
27 de septiembre de 2007
XXY es la ópera prima de Lucía Puenzo, hija de Luis Puenzo, el director que ganó el último Oscar para la Argentina con "La historia oficial".

La película narra la historia de Alex, quien parece ser una adolescente extraña, o al menos eso piensan algunos en el pueblo donde la joven vive con sus padres, los poco sociables Suli y Kraken.

La mujer invita a un matrimonio, conocidos de un pasado del que la pareja huyó hace tiempo.

Los conocidos llegan al lugar junto a su hijo, un joven algo conflictuado y poco amigable. El encuentro entre los dos púberes es inmediato, y se afianza poco a poco, en unos fugaces días de visita.

Lucía Puenzo debuta como directora, luego de producir varios films y escribir guiones como La puta y la ballena, basando su ópera prima libremente en un cuento de su marido, el también guionista y director Sergio Bizzio (Animalada, Chicos ricos).

Con un elenco notable, roles medidos y ajustados, y un clima turbio y delicado, Puenzo sitúa la acción en ese pueblo de balneario, utilizando muchos primeros planos, y valiéndose de un muy buen trabajo de fotografía.

Ricardo Darín y Valeria Bertucelli son, quién lo duda, de los mejores actores del cine nacional y, sin embargo, Puenzo no cae en la tentación de poner el énfasis en ellos, en roles muy marcados y precisos, sino más bien en esa joven pareja, dignamente interpretada por dos labores enormes a cargo de las revelaciones Inés Efrón y Martín Piroyanski (Sofacama).

El prolijo guión y la cuidada realización están al nivel de una historia que lo exige, y que presenta a Lucía Puenzo como una nueva y prometedora realizadota del cine argentino. Enhorabuena.

La curiosidad de los jóvenes es brutal y la diferencia para Lucia Puenzo no es un defecto, es más bien, solamente y claramente eso: una diferencia, algo que el común de la gente no tiene; aquello que nos hace diferentes. La directora muestra escenas fuertes con un tratamiento inteligente que deviene en calidad humana.

Con un guión preciso y un montaje bien cuidado esta es una película con alma, como las buenas guitarras, que trata sobre el amor adolescente, el descubrimiento de la sexualidad, las elecciones que dejan marcas para el resto de la vida.

El bello y melancólico demonio que expone Puenzo es una excusa para hablar de las relaciones humanas, para hablar de sexualidad, para ser tan profundo en una mirada como tan distante en las palabras entre padres e hijos. Este demonio hermoso y confundido es interpretado por Inés Efrón, quien logra destacarse en su rol a pesar de estar acompañada de un elenco de experiencia y calidad.

¿En que momento los hijos empiezan a tomar sus propias decisiones?

La playa, los primeros cigarrillos, los primeros tragos de alcohol y el deseo en la piel, en la mirada, un deseo imponente que aprieta hasta las lágrimas a los adolescentes en esta excelente opera prima, tanto, que andan a los golpes en encuentros y desencuentros y todo gira alrededor de quien tiene que tomar una decisión, entre contar u ocultar, mostrar o tapar, el o ella, o los dos.

Tomás Sala
F. T. Martínez

Rosariocine.com.ar