La muerte de una joven de 16 años, alumna del colegio Marianista de Caballito, provocó una fuerte conmoción en la comunidad educativa de ese establecimiento.

Según trascendió, la chica se desplomó cuando se encontraba junto a un grupo de amigos en la puerta del colegio. Los jóvenes habrían decidido reunirse allí para luego ir a una fiesta de egresados. Los primeros informes indican que la adolescente habría consumido alcohol en exceso y habría caído en coma, del que no pudo recuperarse.

Comenzó a investigarse si el deceso fue consecuencia de la ingesta excesiva
de alcohol y pastillas, aunque el padre de la menor salió a afirmar que su hija era una persona "sana" y que el deceso fue causado por un "edema pulmonar".

El padre de la chica llamada Camila admitió que la menor había tomado "un poquitito de alcohol" antes de morir, pero aseveró que era una chica "deportista" y que "no andaba en cosas raras".

"No sabíamos realmente lo que había ocurrido, pero la autopsia al cuerpo de Camila aparentemente reveló que había consumido alcohol y otras sustancias que le provocaron una severa descompensación y un cuadro final de coma que la llevó a la muerte", reveló el padre de una de las amigas de la chica fallecida.

Sin embargo, en declaraciones a Radio 10, Fabián, el padre de Camila, pidió que "no manchen" el nombre de su familia ya que su hija era "sana" y se dedicaba al "deporte".

En declaraciones periodísticas, la chica destacó que se realizan reuniones previas a la salida a los boliches para tomar, ya que en las fiestas de egresados no venden alcohol.

"Como en las fiestas no te venden alcohol, lo vamos a comprar a los supermercados", dijo Florencia, quien aseguró que las pastillas de éxtasis se consiguen en los locales bailables por 30 pesos cada una.