La Casa Blanca, la OTAN y la Unión Europea calificaron de "grave amenaza" los disparos de proyectiles de corto y largo alcance de las pruebas misilísticas de Corea del Norte que incluyen poderosos cohetes intercontinentales, con capacidad de llegar a Norteamérica.

Lejos de dar marcha atrás, Pyongyang redobló su abierto desafío con Washington y realizó otra prueba, con los que ya son al menos siete los misiles lanzados por el régimen comunista.

El misil lanzado esta mañana (5.22 hora argentina) sería un "Taepodon 2", cuyo alcance ronda los 6.000 kilómetros. Según fuentes gubernamentales citadas por la agencia de noticias Kyodo, habría fallado al ser lanzado y cayó en el Mar de Japón. Otras fuentes sostienen que se trata de un misil de corto alcance del tipo Scud o modificaciones Rodong de este cohete de origen soviético.

Al margen de la polémica sobre si se tratado de una prueba fallida o provocada, el simple hecho de que pueda alcanzar con facilidad a Japón generó preocupación por la seguridad en Asia. "Supone una amenaza grave para la región y la comunidad internacional", dijeron los embajadores de la UE en un comunicado que pedía a Corea del Norte que desistiera de más lanzamientos de misiles.

Apenas iniciados las pruebas misilísticas, EE.UU. comenzó de inmediato una ronda de intensas consultas diplomáticas para determinar los pasos a seguir. Está previsto que en las próximas horas se reúna en Nueva York el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para examinar esta cuestión, sin precedentes por parte del régimen norcoreano, que ha puesto en alerta a la comunidad internacional.

En declaraciones a la prensa tras conocerse el lanzamiento del séptimo misil, el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, mostró la necesidad de recurrir al diálogo para resolver el problema norcoreano, pero subrayó también la "firmeza" del Gobierno japonés para hacer frente a tales "provocaciones". Los lanzamientos se producen unas semanas después de que se especulara con que Norcorea estaría preparando la prueba de su misil avanzado Taepodong 2.

Sabiendo de sus preparativos, Tokio y Washington habían lanzado advertencias a Pyongyang, que inclusive llegaron a incluir posibles sanciones económicas por la carrera armamentística de Pyongyang.