Cristina Fernández de Kirchner tiene previsto mantener la columna vertebral del actual gabinete del presidente Néstor Kirchner, por lo que no habría grandes cambios en los primeros tiempos.

Sí se evalúa un relanzamiento conforme avance la gestión, tal vez en marzo próximo.

La idea que esgrimen los Kirchner es "no afectar el funcionamiento de la gestión". Quizá sea un argumento para mantener los mismos nombres, aunque estén cuestionados. El Gobierno tiene muy en cuenta lo ocurrido en Chile: cuando Michelle Bachelet sucedió a Ricardo Lagos, cambió a todos los ministros, con nombres de prestigio, pero se sucedieron problemas sociales y de gobernabilidad. Cristina Kirchner buscaría evitar ese camino.

Así, según las fuentes oficiales, permanecerían en sus cargos el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el secretario legal y técnico, Carlos Zannini; el canciller, Jorge Taiana, y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. También, aunque con algunos matices, continuarían el ministro de Economía, Miguel Peirano, y de Planificación, Julio De Vido.

Hace diez días el ministro de Planificación les confió a sus equipos: "Nos quedamos, aunque el que quiera irse a la actividad privada puede hacerlo". Y agregó: "Somos parte del proyecto de Néstor y Cristina Kirchner".

Sus allegados, de todos modos, advierten que De Vido podría irse en marzo. Si ello ocurre, aseguran, De Vido igualmente tendrá un papel central: se refugiaría en una oficina para monitorear la marcha de la obra pública.

Así, el actual secretario de Obras Públicas, José López, sustituiría a De Vido en el ministerio. Otra hipótesis es que la cartera podría desdoblarse: López podría dirigir un ministerio de Obras Públicas; Daniel Cámeron, actual secretario de Energía iría a un ministerio de Servicios Públicos.

Todo está en evaluación: Cristina Kirchner y el Presidente harán una lectura final del mensaje de las urnas. Cuanto más holgura en los votos, menos cambios habría en el futuro gabinete. Se interpretaría que los comicios dieron legitimidad al actual equipo de gobierno.

Economía podría dividirse: Peirano podría encabezar una cartera de Producción y si se agregara una cartera de Hacienda y Finanzas, ésta podría ser para Mario Blejer. Otro nombre para un cargo en el área económica es el de la diputada Mercedes Marcó del Pont.

El ministro de Salud, Ginés González García, apunta a permanecer en su actual cargo, más allá de que es legislador porteño electo. Y en la Casa Rosada cuenta con varios defensores, entre ellos Cristina Kirchner.

En cambio, Aníbal Fernández podría alejarse del Ministerio del Interior y pasar a otro ministerio: Trabajo o Defensa. Carlos Tomada se iría de Trabajo y allí suena con más fuerza el nombre de Héctor Cappacioli, superintendente de Servicios de Salud. En tanto, el titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga, y el senador kirchnerista Nicolás Fernández podrían recalar en Interior.

Si bien es incierto el futuro de los ministerios de Educación, Trabajo, Defensa, Justicia e Interior, algunas usinas indican que Carlos "Chacho" Alvarez podría obtener alguna de esas carteras, como por ejemplo la de Educación. Quienes serían repatriados son el embajador en España, Carlos Bettini, y el cónsul en Nueva York, Héctor Timerman. Ambos son de extrema confianza de Cristina Kirchner.

Bettini podría tener algún papel en el futuro pacto social entre empresarios y sindicatos para fijar salarios, precios y metas de inversión por tres años. En tanto que Timerman podría ir a algún cargo relevante en la Cancillería o bien ser enviado a Washington como embajador en los Estados Unidos.