24 de abril de 2024
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Por Garbiela Granata
Una elección con mensajes múltiples
3 de junio de 2007
El desempeño electoral de Mauricio Macri en las elecciones confirmó un aspecto que los consultores venían anticipando: el presidente de Boca Juniors perforó su propio techo, tuvo un discurso parejo, sin altisonancias y sin entrar en la lucha en el barro que propusieron sus contrincantes.
El buen desempeño electoral de Macri no sólo habla de él y de la acertada elección de su compañera de fórmula, Gabriela Michetti, una dirigente moderada, sencilla para explicar propuestas, que apuesta al diálogo, estimada por sus colegas de la Legislatura a tal punto que es difícil encontrar algún crítico en ese recinto.
Pero también habla de las falencias que mostró el sector progresista en la ciudad de Buenos Aires, que se jactó de gobernar los últimos años pero no pudo dar cauce electoral a una opción de mayorías en el cambiante humor del electorado porteño.
"La idea de que hay que darle la oportunidad a un ´espacio nuevo´ se instaló en el electorado y sobre todo, porque desde el gobierno se dedicaron a atacar a Telerman y no a instalar que Macri no es lo nuevo, sino lo viejo", señalaron cerca del jefe de gobierno.
En el kirchnerismo, exultante, analizaron que Telerman quedó ubicado en un espacio opositor que ya ocupaba Macri con más pergaminos. "La baja de votos de Telerman se corresponde con el crecimiento de Macri", dijeron.
Ahora es el turno del ballottage, donde se pondrá en juego sin más vueltas quién gobernará la ciudad y sería oportuno que jugara aquí el real proyecto político para la ciudad, más compleja, más problemática, con más necesidades de planeamiento a largo plazo, más que los imaginarios y la táctica de socavar al adversario.
El buen desempeño electoral de Macri no sólo habla de él y de la acertada elección de su compañera de fórmula, Gabriela Michetti, una dirigente moderada, sencilla para explicar propuestas, que apuesta al diálogo, estimada por sus colegas de la Legislatura a tal punto que es difícil encontrar algún crítico en ese recinto.
Pero también habla de las falencias que mostró el sector progresista en la ciudad de Buenos Aires, que se jactó de gobernar los últimos años pero no pudo dar cauce electoral a una opción de mayorías en el cambiante humor del electorado porteño.
"La idea de que hay que darle la oportunidad a un ´espacio nuevo´ se instaló en el electorado y sobre todo, porque desde el gobierno se dedicaron a atacar a Telerman y no a instalar que Macri no es lo nuevo, sino lo viejo", señalaron cerca del jefe de gobierno.
En el kirchnerismo, exultante, analizaron que Telerman quedó ubicado en un espacio opositor que ya ocupaba Macri con más pergaminos. "La baja de votos de Telerman se corresponde con el crecimiento de Macri", dijeron.
Ahora es el turno del ballottage, donde se pondrá en juego sin más vueltas quién gobernará la ciudad y sería oportuno que jugara aquí el real proyecto político para la ciudad, más compleja, más problemática, con más necesidades de planeamiento a largo plazo, más que los imaginarios y la táctica de socavar al adversario.