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El calor y el verano, no son amigos del corazón
20 de diciembre de 2006
El calor y el verano producen en el aparato cardiovascular mayor riesgo de deshidratación y malestares relacionados con el descenso de la presión arterial y la vasodilatación excesiva, conocidos popularmente como “golpe de calor”. “Sus síntomas característicos son la sed, la fatiga, la disminución del apetito, la piel colorada, los mareos, o disminución de orina, la sensación de pérdida de fuerza e incluso de desvanecimiento”, comenta la cardióloga Melina Huerin, jefe de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

El aparato cardiovascular es un sistema integrado por una bomba central, el corazón, y un conjunto de vasos, arterias y venas, que llevan sangre oxigenada a los tejidos y reciben de éstos, sangre con desechos y toxinas que se eliminan a través del intercambio que ocurre a nivel pulmonar. “Este sistema no es ajeno al poderoso impacto que ejercen factores ambientales como el frío, el calor, los cambios de presión atmosférica, etc.”, explica Huerin.

Un grupo especialmente vulnerable a este tipo de situaciones es el de las personas mayores, en los cuales el cuadro se intensifica si están insuficientemente hidratados y/o reciben medicamentos cardiovasculares o reguladores de la presión arterial, que favorecen los síntomas relacionados con el calor y la deshidratación. “Durante esta época es necesario adecuar este tipo de fármacos en dosis o tipo, para evitar síntomas que pueden ser frecuentes con temperaturas más elevadas que el resto del año”, detalla la especialista.

Por otra parte, las modificaciones en la alimentación (relacionadas por un lado con dietas adelgazantes o con las fiestas de fin de año, ricas en grasas y alcohol), sumadas al calor, hacen más frecuentes síntomas relacionados con el aparato cardiovascular.

Consejos prácticos
1. Hidratarse adecuadamente durante toda la época de verano: beber de ser posible, al menos 3 litros de agua diarios.
2. No iniciar dietas adelgazantes extremas, ingerir alimentos variados, ricos en proteínas magras, vegetales, frutas y abundante líquido
3. Chequear con su médico la necesidad de realizar cambios de dosis de medicamentos con efecto cardiovascular para evitar molestias relacionadas con el calor
4. Si va a realizar ejercicio físico importante, beba 1 o 2 vasos de líquido 15 a 20 minutos antes e intente beber líquido mientras ejercita, cada 15 a 20 minutos.
5. Al final de ejercitar beba líquido tenga o no sed. Se calcula que al ejercitar debe beber entre 3 y 6 vasos por hora (600 a 1200 mililitros por hora). Si corre, debe beber 100 a 200 ml cada 2 a 3 Km aproximadamente, dependiendo de la velocidad a la que corra.
6. Beba agua o bebidas deportivas. Si usted es hipertenso, tenga cuidado al elegir bebidas que puedan tener excesivo sodio. Evite bebidas con cafeína y gaseosas.
7. Use ropa cómoda, holgada, de algodón que facilite la evaporación por piel y si no ejercita al sol, evite usar gorro para favorecer la evaporación del exceso del calor corporal.
8. La mejor forma de evitar los golpes de calor es la prevención; evitar deshidratación, beber suficiente líquido, consultar al médico si es necesario adecuar dosis de medicamentos.
9. A pesar de esto, si comienza a sentir los síntomas mencionados, abandone la actividad, recuéstese, de ser posible en lugar fresco y sombreado y con las piernas en alto, beba abundante líquido fresco, avise que no se siente bien y no se desespere.