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En verano, los piojos llegan con más fuerza
11 de enero de 2007
La llegada del verano incrementa en un 80% el contagio de piojos. Producto del clima "favorable" para una mayor reproducción, sumado a las actividades estivales en lugares típicos de contagio como colonias de vacaciones, areneros y playas, la probabilidad de contraer la infección aumenta radicalmente.

A la parasitación por piojos se la denomina clínicamente como Pediculosis. Consiste en la infestación de la cabeza por el parásito Pediculus capitis (piojo de la cabeza), normalmente circunscrita al cuero cabelludo, aunque en casos más graves también afecta a cejas y pestañas.

Los piojos de la cabeza son unos insectos muy pequeños que viven en el cuero cabelludo y se alimentan de sangre humana, provocando gran picazón. Ponen unos huevos llamados liendres que se pegan al pelo, cerca del cuero cabelludo. Deben pasar por tres estadios larvales (ninfas) antes de llegar a adultos.

Presentan el cuerpo dividido en tres regiones; la cabeza lleva un par de ojos poco desarrollados, un par de antenas que intervienen en la quimiorrecepción y un aparato bucal, especializado para succionar sangre del huésped. El tórax presenta tres pares de patas cortas, terminadas en forma de gancho, adaptadas para fijarse y trepar el tallo piloso y no para saltar.

Al no contar con alas tampoco pueden volar. En el abdomen existen seis pares de orificios, con membranas diafragmáticas, que comunican el sistema traqueal respiratorio con el ambiente exterior; dichas aberturas pueden cerrarse voluntariamente, lo que les permite flotar en los natatorios y sobrevivir hasta 36 horas, aun en agua clorada. También estas estructuras actuarían como barrera a la acción tóxica de algunas sustancias químicas.

El piojo en estado adulto es de color marrón. Hay diferencias entre ambos sexos. Las hembras son de mayor tamaño, 2,4 mm a 4,0 mm y tienen dos proyecciones en la porción terminal, especializadas para agarrarse al pelo en el momento de la puesta de los huevos y estimular las secreciones de las glándulas uterinas productoras del cemento que sirve para la fijación de las liendres al pelo. Los machos miden entre 2,3 mm a 3,0 mm y no poseen las mismas estructuras.

Veinticuatro horas después de la cópula, las hembras comienzan a poner de tres a diez huevos por día; a lo largo de su vida (4 a 5 semanas) ponen entre 60 a 100 huevos. Las liendres son incubadas por el calor corporal del huésped. La liendre viable presenta un color marrón claro y mide 0,8 mm de largo. En uno de sus extremos muestra una tapa, provista de cámaras aeríferas que posibilitan la entrada de aire y humedad al embrión. A los siete días, aproximadamente, nace una larva muy lábil, la cual debe ingerir sangre en forma inmediata para poder vivir.

La saliva inyectada por los piojos en el momento de alimentarse, es lo que provoca prurito, rascado intenso, excoriaciones e hiperpigmentación. La irritación por la saliva del parásito provoca eritema de cuero cabelludo, área retroauricular y nuca. El prurito es el síntoma más común de esta infestación.

“El verano incrementa las chances de contagio fundamentalmente por las altas temperaturas y el propicio hábitat que supone la humedad de la arena para los piojos y liendres. Asimismo, estas óptimas condiciones posibilitan que las liendres continúen su incubación aún luego de 15 horas de haber sido desprendidas del cabello”, afirmó Pablo Balduri, farmacéutico asesor del Laboratorio Veresne, empresa que ha desarrollado un pediculicida fitoterapéutico en base a los principios activos del ajo y el ácido acético.

Sumado a lo anterior, el cuero cabelludo también aumenta su temperatura y vuelve aún más vulnerables las zonas de por sí más críticas, como ser la nuca y parte posterior de orejas. Para evitar el contagio, el SISTEMA AGLIO (Aglio control shampoo y Aglio control loción en base a ajo y ácido acético) es totalmente efectivo por ser 100 por ciento natural, no tóxico, dermatológicamente testeado y cuyos productos han sido realizados bajo los más altos estándares de calidad farmacéutica.

Consejos para padres
• Busque un área de la casa bien iluminada.
• Desenrede el pelo con un cepillo común.
• Separe el cabello en secciones y sujételo con hebillas o pinzas.
• Utilice un peine fino, y comience a pasarlo lo más cerca del cuero cabelludo como sea posible.
• Examine la cabeza diariamente, durante 2 semanas. La mejor manera para que las liendres no incuben es encontrarlas lo más pronto posible.
• Recuerde lavar la ropa de cama y prendas de vestir en agua a temperaturas mayores a los 50° C, durante por lo menos 30 minutos. En caso de no poder realizar esta acción, guarde los objetos (como osos de peluche, o almohadas) en una bolsa cerrada durante dos semanas.