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La lepra aún existe en Argentina y tiene cura
6 de octubre de 2011
Hay una falsa creencia de que la lepra desapareció. Por el contrario, la lepra aún existe y tiene cura. Según la Sociedad Argentina de Dermatología (www.sad.org.ar), cada año se detectan aproximadamente 350 nuevos casos de lepra en nuestro país. Por eso,hasta el 7 de octubre se celebra la Campaña Nacional de Educación y Prevención de la Lepra. El objetivo es alertar sobre esta enfermedad e informar cómo reconocerla, ya que con una atención temprana de los síntomas, la lepra se puede frenar.

Se trata de una enfermedad endémica en Argentina, con una endemia regional importante en Noreste, centro, Buenos Aires y Gran Buenos Aires. Se trata de una enfermedad infecciosa producida por un microbio llamado Mycobacterium leprae, que afecta preferentemente a la piel y a los nervios periféricos, y en ocasiones a las mucosas y órganos internos.

La lepra es de muy difícil contagio; se trasmite de persona a persona por un contacto directo y prolongado, calculado en aproximadamente de 3 a 5 años. Se produce entre un enfermo con posibilidad de transmitir la enfermedad (ya que no todos los que padecen lepra eliminan bacilos fuera de su organismo) y una persona sana susceptible. Como en toda enfermedad infectocontagiosa, el hacinamiento, las malas condiciones de higiene y la malnutrición favorecen su desarrollo.

La clave de la cura de la lepra es el diagnóstico temprano, ya que un tratamiento adecuado permite cortar la cadena de contagios y evitar las discapacidades que la enfermedad puede provocar. El tratamiento tiene una duración de entre 6 meses a 1 año, según la forma clínica del paciente. La medicación que logra este fin es otorgada gratuitamente por la Organización Mundial de la Salud y distribuida por el Programa Nacional de Lucha contra la Lepra. Siempre se deben utilizar varios medicamentos a la vez, por lo que se denomina "tratamiento multidroga" (TMD).

Dependiendo del contexto psicológico y cultural del enfermo, la relación social, laboral y familiar del mismo puede verse afectada. Esto se debe al rechazo y al temor que la lepra siempre ha provocado, pero hay que perder el prejuicio a la enfermedad. Por ejemplo, antes se recluía a los enfermos en sanatorios (leprosarios), pero desde hace tiempo esto no hace falta porque existen medicamentos muy eficaces que permiten que el tratamiento sea ambulatorio.

¿Cuáles son los primeros síntomas de la enfermedad?
En la piel aparecen manchas (máculas) con disminución o pérdida de la sensibilidad, del vello y/o de la transpiración. Según la forma clínica pueden presentarse nódulos (lesiones tubérculo - nodulares llamadas lepromas) y engrosamiento de la piel (placas, infiltración) y/o nervios periféricos con dolor espontáneo o a la compresión. Generalmente se produce un trastorno de la sensibilidad, que va desde una leve hipoestesia (adormecimiento) a una anestesia total.

Así, poco a poco, por falta de cuidado y de un tratamiento oportuno, las heridas se infectan ocasionando un daño que al cabo del tiempo producen las discapacidades y deformidades que todos conocemos o imaginamos en relación a esta enfermedad. Se puede presentar una obstrucción nasal persistente, con o sin hemorragia nasal de causa no justificada. Además hormigueos (disestesias, parestesias) en pies y manos. Por eso, se debe pensar en lepra cuando un paciente presenta una mancha con adormecimiento, que persiste en el tiempo

LA LEPRA EN ARGENTINA
El área endémica de esta enfermedad está integrada por las provincias del noroeste, nordeste y centro del país: Chaco, Formosa, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Buenos Aires y la Capital Federal.

Epidemiológicamente son más importantes las provincias del nordeste, norte de Santa Fe y los conglomerados poblacionales del Gran Resistencia, Rosario y el Gran Buenos Aires. Además hay que tener presente que las migraciones internas condicionan la posibilidad de tener un enfermo de lepra en cualquier punto del país.

Según datos de la Sociedad Argentina de Leprología, en 2010 había 635 pacientes en tratamiento, siendo Buenos Aires la provincia con mayor cantidad de casos (129), luego le siguen Formosa (122) y Chaco (111).