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Por Leonardo Coscia
La amenaza del cáncer de tiroides
6 de diciembre de 2006
El cáncer de tiroides no es muy común, pero es el tumor maligno endocrino más frecuente, tanto que en Argentina se registran alrededor de 10 mil casos. Este mal, que afecta a la glándula tiroidea, puede presentarse de distintas formas. Sin embargo, la biotecnología permite dar calidad de vida a los pacientes con esta enfermedad

En la Argentina se diagnostican de 700 a 900 casos por año de cáncer tiroideo. La glándula tiroides es un órgano ubicado en la base del cuello que produce, almacena y libera hormonas tiroideas en el torrente sanguíneo. Estas son conocidas como T3 y T4 y su importancia radica en que ejercen influencia en la mayor parte de las células y colaboran en el control de sus funciones. Si los niveles de estas hormonas están bajos, el cuerpo funciona más lentamente. Se trata de una condición conocida como hipotiroidismo. Por el contrario, cuando hay niveles muy altos de la hormona, el cuerpo trabaja más rápidamente. A esto se lo denomina hipertiroidismo.

El cáncer de tiroides consiste en un tumor maligno de crecimiento localizado dentro de la glándula. En este país hay entre 7 mil y 10 mil personas que padecen la enfermedad. Existen varios tipos de cáncer de tiroides, pero no todos presentan la misma frecuencia de aparición: entre el 65% y el 80% corresponde al tipo papilar, 10% al 15% al folicular, 5% al 10% medular y entre 3% y 5% anaplásico. Otros tipos reconocidos son el carcinoma de células de Hurthle y el linfoma.

Si bien las mujeres parecen presentar una mayor predisposición a contraer este tipo de patología (en el carcinoma papilar la relación es de 3/1), la misma también aparece en hombres. Además, a mayor edad mayor es el riesgo de padecerla y a partir de los 45 años, más grave el pronóstico. Por este motivo los especialistas recomiendan chequeos de tiroides a partir de los 35 años.

Fabián Pitoia, médico endocrinólogo del Hospital de Clínicas, comentó que alrededor de un 30% de la población tiene algún problema en su glándula tiroides. Las patologías más frecuentes incluyen al hipotiroidismo, hipertiroidismo y al nódulo tiroideo. Alrededor de un 4 % de los nódulos tiroideos terminarán siendo un tumor maligno. El diagnóstico se puede realizarse de varias maneras. Generalmente comienza con una palpación, luego de la cual el médico puede pedir otros exámenes como análisis de sangre, exámenes con imágenes o centellogramas o una punción de tiroides.

En el caso de padecer cáncer de tiroides existen excelentes perspectivas de tratamiento que habitualmente involucran la extirpación completa de la glándula (tiroidectomía total) y el tratamiento con yodo radioactivo (ablación con radioyodo). El tratamiento se completa con la terapia supresiva con hormona tiroidea y el seguimiento de por vida. El pronóstico a largo plazo es actualmente muy bueno, con una sobrevida que alcanza el 90% de los casos a los 20 a 40 años de seguimiento luego del tratamiento inicial.

Sin embargo, una innovadora terapéutica biotecnológica para la identificación y eliminación de células cancerígenas en pacientes con cáncer de tiroides la constituye la tirotropina alfa de Genzyme. Se trata de una hormona estimulante de la tiroides (TSH), de origen recombinante humano. Esta terapia representa un gran avance para el tratamiento y control del cáncer de tiroides porque permite evitar el hipotiroidismo resultante en los pacientes tiroidectomizados.

Tomar la hormona tiroidea evita la sintomatología característica del hipotiroidismo posterior a la extirpación de la glándula: depresión, falta de concentración, olvidos, cansancio, piel y cabellos secos, rostro y ojos hinchados, intolerancia al frío, aumento de peso, constipación, etc. El fármaco se comercializa desde 1998 en Estados Unidos, con el aval de la FDA (Food and Drug Administration), y desde 2001 en Argentina con el consentimiento de la ANMAT.