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Por Leonardo Coscia
Equinoterapia, una alternativa efectiva
4 de enero de 2007
La equinoterapia es un método terapéutico que utiliza al caballo y su medio ambiente como medio para la rehabilitación del paciente con necesidades especiales y en los últimos años se convirtió en una alternativa para obtener avances que los médicos o psicólogos no consiguen. La equinoterapia está orientada a aquellos pacientes -niños y adultos- portadores de alguna discapacidad, así como también otras enfermedades, incluidas la bulimia y la anorexia.

El efecto beneficioso del movimiento del caballo se conoce desde la antigüedad, ya que los griegos aconsejaban practicar equitación con el fin de mejorar el estado anímico de los enfermos incurables, incluso el propio Hipócrates, 460 antes de Cristo ya hablaba del saludable trote de los caballos. Más tarde, en el siglo XVII, la medicina utilizaba la equitación como método para combatir la gota, enfermedad que por entonces causaba auténticos estragos.

En 1875, año en el que el neurólogo francés Chassiagnac descubrió que un caballo en movimiento mejora el equilibrio, el movimiento articular y el control muscular de los pacientes. Experimentó con esta idea y concluyó que montar a caballo mejoraba el estado de ánimo y que era particularmente beneficioso para los parapléjicos y pacientes con trastornos neurológicos.

Sin embargo, el auténtico auge de la también llamada hipoterapia en Europa surge a partir de los años 50 y 60, desarrollándose principalmente en Alemania. En este país se experimentó por aquel entonces con el método que en nuestros días se utiliza, basado principalmente en el establecimiento de una relación directa entre el movimiento del caballo y la respuesta del paciente.

La equinoterapia es una modalidad de tratamiento bio - psico - social, que aprovecha los movimientos naturales del caballo para estimular a quienes montan, dentro de un abordaje multidisciplinario, donde participan profesionales de las áreas de la salud, educación (psico-educación) y equitación, buscando el desarrollo de personas discapacitadas y/o con necesidades especiales, con el propósito de conseguir, gracias al vínculo constante con el animal, mejoras físicas y de los niveles cognitivos, de comunicación y personalidad.

Graciela Bazzi, médica coordinadora del Establo Terapéutico -uno de los centros dedicados a esta actividad- destacó el valor de la equinoterapia como "terapéutico, biológico, psíquico y social". "Los animales llegan al ser natural que los hombres perdimos al desarrollarnos. El animal comprende y llega a lo más primitivo del paciente. El caballo ofrece un cuerpo tridimensional al paciente y con su movimiento emula el caminar, el equilibrio. Es decir, el animal se convierte en la extensión del cuerpo de una persona que no está acostumbrada a salir de una silla de ruedas", remarcó Bazzi.

Bazzi explicó que los caballos "logran crear un vínculo con las personas con discapacidad pues responden magníficamente a los estímulos del afecto, el contacto, los premios (zanahorias, azúcar, manzanas, un palmada, un abrazo), no discriminan, no necesitan hablar para relacionarse, saben esperar, reconocen el cariño". "Hemos observado que niños autistas que nunca abrazaron a su madre, sí lo hicieron con el caballo", dijo.

La profesional destacó que el medio donde habitualmente se brinda atención a personas que padecen diferentes tipos de enfermedades "dista mucho de ser parecido a la naturaleza, estando limitado por paredes, ventanas, puertas, camillas, sillas".

"En estos lugares los sonidos, aromas, texturas, y colores, como la lógica supone están relacionados con los elementos circundantes, haciendo que lo que impresiona al sensorio sea rutinario, repetitivo, monótono, mecánico, inanimado; haciendo
que las respuestas a ellos se demarque en los mismos aspectos, a través de los cuales los pacientes en muchas ocasiones guardan como memoria situaciones de temor, tedio, aburrimiento, resistencia, stress y estas situaciones de hecho no son las mejores para la recuperación de la salud", indicó.

En ese sentido, Bazzi destacó que "el hábitat del caballo, o sea su medio ambiente es un lugar abierto, natural, biológico, dinámico, interactivo, donde todo esta en permanente, acción reacción, estímulo-respuesta". No obstante, la profesional expresó su preocupación porque en el país existen centros que se dedican a las terapias con animales "que no están controlados y que no están encabezados por profesionales de la salud".

"Estos centros son encabezados por profesores de equitación o de educación física. No está mal que ellos trabajen en este tipo de programas, pero este trabajo se debe hacer en equipo, bajo la supervisión médica", indicó.

Esta terapia ha demostrado su eficacia en personas con problemas de todo tipo:
• Esclerosis múltiple.
• Parálisis cerebral.
• Autismo.
• Síndrome de Down
• Espina Bífida.
• Traumas cerebrales.
• Conductas caracteriales.
• Enfermedades neurodegenerativas.
• Enfermedades traumatológicas.
• Anorexia.
• Bulimia.
• Afecciones crónicas.
• Minusvalías de cualquier tipo (físicas y psíquicas).
• Problemas de comportamiento.
• Incapacidad intelectual.
• Discapacidad física.
• Discapacidad sensorial.
• Enfermedades mentales.
• Diversas inadaptaciones sociales (drogadicción, delincuencia...).
• Otras afecciones invalidantes.