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Por Leonardo Coscia
Trastornos digestivos e "hinchazón" abdominal
23 de febrero de 2009
Según nuevas conclusiones de un sondeo en las principales ciudades del país llevado a cabo en 503 personas de ambos sexos de 18 a 70 años, prácticamente 2 de cada 3 mujeres (66.5%) que presentaban algún tipo de trastorno digestivo funcional, destacaron a la distensión abdominal –comúnmente denominada ‘hinchazón’- como el principal síntoma de su dolencia.

Un alto porcentaje de las mujeres atribuyó esta sintomatología a causas vinculadas con la alimentación, como malos hábitos alimentarios (34.4%), comer rápido (30.5%) y comer o tomar en exceso (22.1%). Mientras que también mencionaron al estrés (29%) y a las preocupaciones y la ansiedad (20.6%) como desencadenantes de hinchazón abdominal. Cuando se las consultó sobre la periodicidad con que la padecían, los valores fueron altos (21.4% ‘continuamente’, 25.2% ‘muy a menudo’, y 21,4% ‘a menudo’) lo que muestra que este síntoma se presenta con frecuencia en una proporción elevada en las mujeres.

Otros inconvenientes citados por el 71.1 por ciento de las mujeres de Buenos Aires, Córdoba Rosario y Mendoza que participaron del sondeo y que refirieron algún tipo de desorden digestivo, fueron la ‘pesadez’ (37.6%), acidez (33.0%), constipación (28.4%) y tránsito lento (25.4%).

Paralelamente, en los hombres, que presentaron una frecuencia de complicaciones intestinales del 51.3%, los síntomas más frecuentes reportados fueron la acidez (50.9%) y la hinchazón (47.4%), seguidos de pesadez (39.7%), dolores o espasmos (20.7%) y reflujo (19.8%).

“Se estima que entre el 25 y el 30% de la población general sufre síntomas de Síndrome de Intestino Irritable (SII), caracterizado por dolor abdominal con alteraciones del ritmo evacuatorio. Para estas personas, uno de los síntomas acompañante más frecuente y marcado es la distensión abdominal o ‘hinchazón’, una molestia que altera la calidad de vida.”, refirió Juan A. De Paula, médico gastroenterólogo, ex-presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE).

“La causa de la distensión no está del todo determinada y probablemente exista más de un factor involucrado. El estrés, los hábitos alimentarios y la calidad de la flora bacteriana intestinal son algunos de ellos. Esta flora está constituida por millones de bacterias que desde el nacimiento habitan el intestino humano y tiene múltiples funciones beneficiosas para el hombre: desde la formación de ciertas vitaminas hasta la protección ante agentes patógenos; contribuyendo también al proceso digestivo. Sin embargo, distintos factores pueden alterarla: la terapia con antibióticos, el tipo de alimentación, el tiempo de tránsito intestinal o inclusive el estrés o modificaciones inmunológicas, entre otros mecanismos”, afirmó Luis M. Bustos
Fernández, médico gastroenterólogo y ex-secretario de la Sociedad Argentina de
Gastroenterología.

La sensación de hinchazón es difícil de diagnosticar y más aún de tratar: se la suele minimizar y las personas demoran mucho la visita al consultorio del especialista. Sin embargo, un grupo mayoritario de pacientes se queja de sufrir esta incómoda distensión del abdomen.

Los especialistas coinciden en que una alimentación sana (baja en grasas saturadas y en hidratos de carbono refinados –azúcares- y rica en ciertas fibras vegetales), ejercicio físico sistemático y el mayor manejo posible de aquellas condiciones que nos producen estrés, son la clave indispensable para ayudar a combatir este trastorno.

Algunos productos lácteos que contienen fermentos probióticos (microorganismos vivos con acciones benéficas sobre la flora intestinal) con beneficios demostrados sobre la salud digestiva, son importantes en la alimentación. Contribuyen a la función intestinal en general, pero además mejoran condiciones como el tránsito lento, la gastroenteritis, la diarrea y el síndrome de intestino irritable.

Para Bustos Fernández, “las personas con esta condición pueden beneficiarse con la
búsqueda de una flora de buena calidad; una posibilidad es el uso de probióticos. Resultados de investigaciones recientes, llevadas a cabo con un yogur que contiene un microorganismo probiótico (Bifidobacterium lactis DN-173 010) demostraron reducir la hinchazón y mejorar la sintomatología del colon irritable con constipación: favorecer el tránsito intestinal, la evacuación en sí, contribuyendo a una mejoría en la calidad de vida en pacientes con SII. En uno de los estudios, la hinchazón se midió con un pletismógrafo, una suerte de corset con sensores eléctricos que se coloca al paciente durante 24 horas (como el “Holter” cardíaco). Así se cuantificó algo que muchas pacientes refieren: amanecen con la ‘panza chata’, y con el correr de las horas la distensión se agrava, llegando a su pico máximo por la tarde. Se sienten pesadas, molestas, y se observó que tomando el mencionado yogur la sintomatología mejoró”.

En tanto, De Paula remarcó que investigaciones científicas han demostrado el impacto terapéutico de ciertos probióticos sobre algunos de los trastornos funcionales.

“Cuando hablamos de trastornos funcionales nos referimos a aquellas alteraciones del funcionamiento gastrointestinal sin presencia de lesión o daño estructural. Y todo indicaría que el consumo de determinados probióticos contribuye a reducir síntomas tales como la hinchazón y el tránsito lento, muy probablemente a través de la mejora del ecosistema bacteriano y de las defensas del intestino”, dijo el especialista.

Los trastornos digestivos como el SII, la hinchazón, la acidez y la constipación funcional están asociados con un deterioro en la calidad de vida: incomodidad, conflictos en el seno familiar y en el trabajo, afectación del estado de ánimo, automedicación, ausentismo laboral y disminución de la capacidad de realizar actividades productivas, son sólo algunas de las consecuencias de este tipo de trastornos.