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La piel en verano: prevención y tratamientos
El 50 por ciento de la dosis total de rayos UV los recibimos durante los primeros 20 años de vida. Es por ello que, desde el nacimiento y hasta esa edad, el aumento de la protección solar y la exposición solar limitada se tornan factores fundamentales para evitar el fotoenvejecimiento y daño de la piel.
3 de enero de 2013
El 50 por ciento de la dosis total de rayos UV los recibimos durante los primeros 20 años de vida. Es por ello que, desde el nacimiento y hasta esa edad, el aumento de la protección solar y la exposición solar limitada se tornan factores fundamentales para evitar el fotoenvejecimiento y daño de la piel.

Javier Merediz, médico dermatólogo de Halitus Dermatología y Estética, explicó que "la piel no es diferente del resto de los tejidos del cuerpo: envejece y requiere cuidado: atención y prevención".

"La luz ultravioleta de los rayos solares a los que nos exponemos a diario, los factores genéticos hereditarios y el natural paso de los años, entre otros factores; llevan a que la piel envejezca progresivamente. La exposición excesiva a la luz solar, que contiene radiación ultravioleta de amplio espectro, puede también acelarar la aparición de cáncer de piel", indicó Merediz.

Una piel dañada muestra: adelgazamiento, arrugas, sequedad, manchas, telangiectasias e imperfecciones. La fotoprotección correcta y la exposición moderada son requisito fundamental para el cuidado de la piel.

Para prevenir el fotodaño es importante tener en cuenta:
Ø El horario de exposición al sol. Debe evitarse la exposición intensa entre las 11 y las 16 horas.
Ø Evitar la exposición desmedida.
Ø La ropa. Es preferible utilizar ropa adecuada si debe exponerse al sol: sombreros de ala ancha y ropa de trama ajustada.
Ø El fototipo del protector solar. Los protectores solares deben ser como mínimo de 15 y 30 en casos de pieles muy blancas. Y hay que recordar que el protector debe aplicarse en forma uniforme 30 minutos antes de la exposición solar y renovarlo cada dos horas, después de nadar o transpirar en exceso, incluso si los protectores son resistentes al agua. Para la elección del fototipo correspondiente con el tipo de piel, lo más recomendable es consultar a un dermatólogo.
Ø No olvidar que hay zonas más sensibles y de exposición permanente como las orejas, los pies y las manos.
Ø Nunca perder de vista que el efecto de los rayos ultravioletas es acumulativo.

"Hoy en día existen diferentes tratamientos para mejorar el aspecto de la piel envejecida y recuperar así un aspecto saludable. Todos los tratamientos se indican en cada caso particular y previo diagnóstico del paciente para indicarle lo más conveniente en cada caso, combinarlos de ser necesario y obtener así los mejores resultados", indicó el dermatólogo.

· La Radiofrecuencia (RF) es una técnica no invasiva que transfiere energía en forma de calor a los estratos más profundos de la dermis estimulando la formación de colágeno y aumentando la oxigenación y nutrición de los tejidos.

· La luz pulsada intensa produce un intenso haz de luz en una sola dirección que se aplica sobre las capas medias de la piel –sin afectar las más superficiales- y, además, estimula la producción de nuevo tejido colágeno.

· Las inyecciones de toxina botulínica permiten relajar durante un tiempo los músculos bloqueando el impulso nervioso y disminuir las líneas de expresión.

· Las sustancias de relleno proporcionan una corrección uniforme –no permanente-, que permite retocar las arrugas del rostro, resaltar el contorno de los labios o darles mayor volumen.

· La Microdermoabrasión produce una exfoliación suave, uniforme y segura que produce regeneración celular.

· Los Peelings consisten en sustancias químicas utilizadas para lograr una exfoliación que produce una renovación limitada y controlada de la epidermis y dermis superficial provocando un recambio celular acelerado.

· La Mesoterapia consiste en colocar en la piel microdosis de medicamentos en el lugar más cercano a la patología para lograr una piel más lozana y renovada.

"En cualquier caso, es aconsejable un control periódico llevado
adelante por un dermatólogo y el autoexamen permanente porque son las herramientas más útiles a la hora de prevenir. El médico podrá evaluar el estado de la piel, los lunares y manchas, y presentarle las posibilidades de tratamiento según el tipo de piel, los antecedentes y, en caso de haberla, la lesión. En todos los casos la consulta precoz y periódica juega un rol fundamental no sólo a nivel estético sino, muchas veces, también en la salud", concluyó.