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26 de abril de 2024
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Nuevo tratamiento para hipertensos resistentes
Un nuevo tratamiento recomendado para los hipertensos resistentes a los tratamientos convencionales
20 de diciembre de 2013
La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta al 30% de la población adulta de Argentina. Muchos desconocen padecerla y de los que lo saben, no todos están tratados. De los pacientes tratados con dieta y medicamentos, solo 1/4 esta bien controlada. Del resto, bajo tratamiento pero no controlados, hay un grupo especial denominado “hipertensos resistentes”.

El cardiólogo Alberto S. Villamil, especialista en hipertensión arterial y Jefe de la Sección de Hipertensión Arterial
Servicio de Epidemiología y Prevención Cardiovascular del Instito Cardiovascular Buenos Aires (ICBA), explicó que "esta denominación surge del hecho de no lograrse el control de la presión arterial, pese a cumplir las medidas higiénico-dietéticas y estar bajo tratamiento con al menos 3 drogas antihipertensivas, incluyendo un diurético, a dosis plena".

Implicancias de la resistencia al tratamiento
Villamil indicó que "los hipertensos resistentes al tratamiento, están expuestos a un mayor riesgo de eventos cerebrales, cardíacos, vasculares y/o renales, lo cual reduce significativamente la expectativa y calidad de vida". Al respecto, el cardiólogo comentó que "los tratamientos actuales no brindan adecuada solución a muchos de estos pacientes".

La nueva tecnología
El especialista señaló que "recientemente se ha incorporado una nueva forma de tratamiento de estos pacientes denominada “Denervación simpática renal por radiofrecuencia”, que consiste en la introducción de un cateter (fino tubo) por medio de una punción en la ingle, que se desplaza por dentro de las arterias para llegar hasta las arterias que irrigan ambos riñones".

"Una vez bien ubicado el catéter, a través del mismo se efectúan un promedio de 6 aplicaciones de radiofrecuencia en distintos puntos de la pared arterial, a fin de cubrir toda su circunferencia. Cada aplicación dura unos 2 minutos. La radiofrecuencia genera calor en la pared arterial y esto secciona las fibras nerviosas simpáticas que acompañan el trayecto de las arterias. Este procedimiento se realiza bajo sedación del paciente por lo cual se evitan molestias y dolor", detalló el experto.

El médico comentó que "desde hace muchos años se sabe que el estímulo del sistema simpático a los riñones estimula la retención de agua y sal y, paralelamente, estimula al riñón para producir en mayor cantidad una substancia llamada renina que induce elevación de la presión arterial. Ya en 1950 se practicaba una amplia cirugía que seccionaba las fibras simpáticas logrando reducir la presión arterial, pero luego fue abandonada ya que los pacientes presentaban muchos efectos adversos".

"Actualmente, se puede lograr un efecto terapéutico igualmente satisfactorio en forma mucho más selectiva, al actuar sólo a nivel de las fibras simpáticas renales evitando así los efectos indeseados", añadió.

Beneficios y riesgos
Villamil dijo que "se ha documentado una reducción promedio de 32 mmHg para la presión sistólica (máxima) y de 12 mmHg para la presión diastólica (mínima) en los pacientes que han recibido este tratamiento, en tanto que en los que actuaron como grupo control (sin este tratamiento) no se observaron cambios en su presión arterial. Este efecto de reducción de la presión arterial se observó desde el momento de la intervención y hay evidencia que se mantiene sostenidamente a 2-3 años en el seguimiento".

"Los riesgos del procedimiento son muy bajos y dependen de la realización de un cateterismo arterial (sangrado, infección y disección de alguna arteria), más que del propio procedimiento de aplicación de radiofrecuencia que ha sido hasta ahora muy seguro.
Gracias a la denervación simpática renal, un grupo especial de pacientes hipertensos que no responden al tratamiento convencional, pueden lograr un mejor control de su presión arterial y, en algunos casos, reducir la medicación. Es de destacar que un mejor control de la presión arterial reduce el elevado riesgo cardiovascular de estos pacientes, incrementando la expectativa y calidad de vida", concluyó.