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27 de abril de 2024
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El cáncer infantil se controla en muchos casos
El 70% de los casos de cáncer infantil logra curarse y hay un 90% de sobrevida en algunos tumores
13 de febrero de 2015
“El 70 % de los casos de cáncer infantil pueden ser curados, llegando al 90% de sobrevida, en algunos tipo de tumores”, afirma la doctora Mercedes García Lombardi (MN 65.028), Jefa de la Unidad Oncología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires e integrante de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC).

“Un niño curado de cáncer tiene muchos años de vida por delante, apuntando a una vida adulta normal, que incluya su inserción laboral y social, y la posibilidad de formar su propia familia”, sostiene García Lombardi. En Argentina se diagnostican, cada año, aproximadamente 1300 casos nuevos de cáncer en niños menores de 15 años, según datos del Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA).

Trabajo profesional en conjunto

“Nuestro objetivo como oncólogos pediatras es sostener y mejorar las posibilidades de curación, tratando minimizar secuelas, físicas y emocionales”, afirma la médica. Este camino solo es posible si contamos con médicos pediatras entrenados en las distintas subespecialidades -oncología, clínica, traumatología, cirugía, neurocirugía, etc- trabajando en forma conjunta con enfermeros, psicólogos y psicooncólogos, maestros, asistentes sociales, grupos de padres, etc, en un verdadero trabajo multidisciplinario.

Tipos de cáncer en los chicos

Las leucemias agudas y los tumores del sistema nervioso central son los más frecuentes, seguidos por tumores óseos, de riñón y sarcomas de tejidos blandos entre otros.

“Los tipos de cáncer que se diagnostican en la infancia son completamente diferentes en su histología y localización a los de los adultos. Es excepcional en un niño o adolescente la presencia de un cáncer de colon, mama o pulmón, por ejemplo”, dice García Lombardi. El 70% de los niños se tratan en hospitales públicos del país, tengan o no cobertura social. Los tumores pediátricos tienen alta sensibilidad a la quimioterapia y a la radioterapia; con un diagnostico precoz y el trabajo de un equipo multidisciplinario, se logra el control de la enfermedad en la mayoría de los casos.

Cómo se trata hoy el cáncer infantil

Algunas de las herramientas indispensables en la actualidad son los esquemas de quimioterapia combinada, que requieren adecuadas medidas de sostén clínico y farmacológico, las modernas técnicas de radioterapia y cirugías complejas, como la colocación de prótesis internas en caso de tumores óseos.

En los últimos años, la posibilidad de contar con confirmaciones en el diagnostico por biología molecular, minimiza las posibilidades de error y facilita la adecuada terapéutica. En algunos casos particulares los tratamientos biológicos con anticuerpos monoclonales y pequeñas moléculas, que apuntan a un tratamiento dirigido, tienen utilidad en pediatría.

La familia y la escuela

El impacto del diagnóstico tiene implicancias familiares directas que van desde el desarraigo por el tratamiento a la pérdida de contacto con sus pares. También puede producirse un desmembramiento del grupo familiar por la necesidad de derivación del paciente.

Además del desafío de su curación, se trabaja para lograr que transcurran su infancia con la mayor “normalidad” posible, por ejemplo, sosteniendo la escolaridad -con permanencia en la escuela o con maestras a domicilio-, con la integración de equipos de psicólogos especializados, con juegos en las salas de quimioterapia y con tratamientos ambulatorios en la medida de lo posible. La escuela hospitalaria es un logro de muchas instituciones públicas y es de una invalorable importancia en la futura inserción del niño.

La médica oncóloga destaca la colaboración que brindan el Instituto Nacional del Cáncer (INC), ROHA, organizaciones y fundaciones de padres como la Fundacion Natali Dafne Flexer, y el contacto entre los distintos profesionales del país. “En este día quiero homenajear y agradecer a todos estos pequeños guerreros que son nuestros pacientes y a sus familias por lo que nos enseñan cotidianamente, mientras nos permiten acompañarlos en su lucha para vencer al cáncer”, finaliza la doctora García Lombardi.