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29 de marzo de 2024
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Alta montaña: cómo afecta el dióxido de carbono
Un equipo de 7 médicos del Hospital Universitario Austral escaló el Cordón de Plata de la provincia de Mendoza, ubicado a 5.500 Mts. ¿El objetivo? Analizar cómo funcionan diferentes parámetros cardíacos en la altura, y soportando condiciones extremas.
17 de abril de 2015
El 8 de noviembre de 2014 comenzó una experiencia que duró 9 días y a partir de la cual un equipo de 9 personas –entre las cuales se encontraban 7 médicos del Hospital Universitario Austral (HUA)- escaló el Cordón del Plata, una cadena montañosa de los Andes argentinos, ubicada en su totalidad en la provincia de Mendoza.

Constituido por cumbres de entre 4.000 a 6.000 metros, el Cordón es la parte más vistosa de la cordillera, que puede apreciarse con facilidad desde todo el centro norte de la provincia.

El objetivo de los especialistas era evaluar cómo funcionan diferentes parámetros clínicos como por ejemplo la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno y el dióxido de carbono espirado. Este último, muy novedoso, es producto del metabolismo interno del organismo.

“Los parámetros se midieron a nivel del mar y a diferentes alturas: 2.700 mts, 4.300 mts y 4.700 mts del cerro. Hubo que soportar nevadas y temperaturas extremas de 15º bajo cero. En Argentina se realizaron varios trabajos de este tipo en el Aconcagua, y particularmente nosotros en el volcán Llullaillaco en el año 2009, pero nunca se había medido el dióxido de carbono espirado. Por eso, esta experiencia constituye una investigación pionera en el país, y la única realizada a nivel mundial con el objetivo de ofrecer información certera y eficaz para el desarrollo seguro del alpinismo”, aseguró el Dr. Leandro Seoane, quien integró el equipo de escalaradores.

A Seoane lo acompañaron Marcelo Rodriguez y Adrian Priolo -especialistas en emergentología-, Marcelo Papasidero -especialista en clínica médica-, los Dres. Martin Diana Menendez y Adrian Ruggiero, especialistas en medicina generalista y el Dr. Andres Florio, pediatra y especialista en medicina del deporte.

De hecho, la experiencia fue tan satisfactoria que, como próximo paso, todos los profesionales decidieron iniciar una travesía científica al cerro Plata.

Mal agudo de montañas (MAM) y cómo prevenirlo

Las enfermedades más temibles y mortales en alta montaña son el edema pulmonar y el cerebral, provocados por la escasez de oxígeno que ingresa en el organismo. Por eso, para medirlos y saber cuándo es tiempo de descender, los andinistas llevaron una escala que indaga en los síntomas del apunamiento y predice el edema asignando un puntaje a las cefaleas, las náuseas, los vómitos, el insomnio y la falta de apetito, todos signos de lo que se conoce como “mal agudo de montañas” (MAM), que puede derivar en edema si no es tratado a tiempo.

“La escala de Lake Louis probó ser muy útil para detectar incipientemente el mal agudo de montañas y detener la ascensión. A todos nos dio un puntaje de riesgo moderado (entre 3 y 4 puntos) y algunos no pudieron seguir ascendiendo (por tener un valor superior a los 7 puntos)”, refirió el Dr. Seoane.

Otro de los tests que usaron para predecir el MAM fue el de caminata: “Se toma la saturación de oxígeno del escalador antes y después y se hace caminar a la persona durante 6 minutos repitiendo la medición. Si la saturación final baja más de 10 puntos con respecto a la saturación inicial, estamos ante un valor que predice que se va a padecer un mal agudo de montaña importante”, explicó el emergentólogo.

En cuanto a la aplicación de la novedosa medición de dióxido de carbono espirado, un parámetro obtenido del análisis de los gases exhalados, ha demostrado que un alto valor a nivel del mar (cero metros) predijo mala evolución del rendimiento de los escaladores frente a la altura y la falta de oxígeno; pero también demostró que un valor disminuido en la alta montaña refleja edema en los alvéolos, la porción más pequeña del pulmón que absorbe el oxígeno, con imposibilidad del escalador para respirar correctamente y seguir ascendiendo.

“Es decir que la medición de dióxido de carbono espirado tiene tres determinantes fundamentales: la producción de dióxido de carbono y su transporte, la circulación pulmonar y la ventilación. Si bien la interpretación de los valores obtenidos a partir de este parámetro no es concluyente para la identificación de un diagnóstico, sí puede llegar a revelarnos en qué circunstancias se encuentra un persona”, detalló Seoane.

Por eso, hay que tener en cuenta que:

-Una medición de dióxido de carbono espirado de 0 significa que la persona o el escalador no está respirando.
-La caída de los valores de la medición de dióxido de carbono espirado sugiere producción disminuida de dióxido de carbono o disminución de su transporte.

A su vez, el aumento de la medición de dióxido de carbono espirado puede ser el resultado de la poducción excesiva de dióxido de carbono subyacente a hipertermia o sepsis, alto gasto cardíaco o hiperventilación.

“La falta de aire que se respira en alta montaña es la causa de todos los males de los escaladores. De hecho, se observó que a los 4.700 metros el promedio de saturación de oxígeno en la sangre era solo del 70%, cuando a nivel del mar los valores normales van desde el 96 al 100%. Esta dificultad exige un proceso paulatino de adaptación del cuerpo. Por eso, en nuestro caso, la ascensión llevó 9 días y la hicimos lenta y pausadamente. De lo contrario, si una persona sube a los 6.000 metros repentinamente, a los 10 minutos muere de edema cerebral o pulmonar”, concluyó.

La falla en los mecanismos de aclimatación y cierta susceptibilidad personal son factores que originan la aparición de las enfermedades agudas relacionadas con la altura. Pero vale aclarar que ninguna forma grave de estas enfermedades se instala bruscamente, ya que toda persona afectada por un edema presenta síntomas preocupantes 24 ó 48 horas antes de llegar a una forma clínica peligrosa.

Por esto, los médicos destacan la importancia de los estudios que realizaron para practicar el deporte sin riesgos: “Predecir un MAM es adelantarse a una evacuación dificultosa, costosa y con riesgo de muerte”, cerró el Dr. Seoane.