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Cómo mejorar la sobrevida de pacientes renales
26 de octubre de 2007
Para 25.000 argentinos, hacerse diálisis es parte de su vida cotidiana. Muchos de ellos han llegado a la diálisis como resultado de un diagnóstico de enfermedad renal crónica, no siempre detectada en sus primeros estadíos.

Actualmente, la medicina pone al alcance de todos ellos varios tipos de tratamiento para la enfermedad y cada vez más promueve la terapia combinada de diálisis peritoneal, hemodiálisis y transplante por sus beneficios en la sobrevida de los pacientes.

La enfermedad renal crónica se caracteriza por una disminución permanente del filtrado glomerular de los riñones. Como consecuencia, se producen fallas en el mecanismo de filtrado de los desechos metabólicos, del exceso de sodio y de agua en la sangre y que, luego de ser filtrados en los riñones, se eliminan por la orina.

Mediante una serie de análisis (sangre, orina, presión arterial), se pueden detectar indicadores de riesgo renal y determinar en qué etapa de la enfermedad se encuentra el paciente (según sea daño, lesión o fallo renal).

“El desafío del médico nefrólogo es saber aprovechar las ventajas de todas las alternativas de terapias disponibles: Hemodiálisis, Diálisis Peritoneal o personalizada y Transplante, con el objetivo de maximizar la calidad en el cuidado del paciente y mantener la función renal residual”, señaló Gustavo Moretta, médico nefrólogo e investigador.

Los especialistas destacan que un plan de cuidado integrado requiere de un tiempo de preparación, de un programa de educación al paciente acerca de la diálisis y del análisis de la mejor combinación de tratamiento para reemplazar la función renal. En algunos casos, el paciente puede comenzar con diálisis peritoneal por ejemplo, que puede realizarse incluso en bebés, luego continuar con hemodiálisis y posteriormente llegar a un transplante.

La enfermedad renal crónica es considerada una pandemia global para la OMS. La información y educación sobre esta afección es clave para el paciente. “Es fundamental brindarle toda la información para que el paciente conozca todas las opciones de tratamiento, para que pueda preguntar y decidir en conjunto con su médico cuál es la mejor combinación de terapias para su caso”, agrega Moretta.

Conocer el proceso de la enfermedad y las opciones terapéuticas antes de iniciar la terapia contribuye a reducir la ansiedad de pacientes y familiares y a planificar la modalidad de tratamiento a seguir. Un buen programa de educación prediálisis reduce el riesgo de mortalidad el 52% comparado con el seguimiento nefrológico tradicional a pesar de un temprano diagnóstico (+ 3 meses).

Combinación de tratamientos

Una vez confirmado el diagnóstico, existen varias opciones de tratamiento de reemplazo de la función renal:

DIALISIS: que es un procedimiento por el cual se remueven de la sangre los productos tóxicos y líquidos elaborados por el organismo de una persona con enfermedad renal crónica. Regula el balance electrolítico y controla la tensión arterial. Como tratamiento de reemplazo parcial de la función renal, existen dos modalidades:

- HEMODIALISIS, que elimina los deshechos y líquido de la sangre utilizando una máquina y un dializador (conocido como riñón artificial). Purifica la sangre, eliminando sustancias tóxicas y excesos de líquidos. El paciente debe concurrir 3 veces por semana a la unidad renal y realizar su tratamiento durante 4 horas cada vez. Requiere contar con máquinas de diálisis que circulan la sangre del paciente por un sistema de circulación extracorpórea. Requiere ser monitoreado por enfermeros y bajo supervisión médica.

- DIALISIS PERITONEAL:funciona dentro del cuerpo, utilizando la membrana peritoneal o el revestimiento abdominal, como filtro natural para eliminar los deshechos de la sangre. Presenta menos riesgos de contraer virus sanguíneos y preserva la función renal residual, siendo óptima como opción antes de un transplante por sus resultados postcirugía.

TRANSPLANTE: Procedimiento quirúrgico por el cual se coloca un riñón sano de otra persona en el cuerpo del paciente con enfermedad renal, para que la sangre del paciente fluya a través del riñón trasplantado y comience a producir orina. De las 24.000 personas que se realizan diálisis en Argentina, aproximadamente 5.000 están en lista de espera de un riñón para ser transplantados.