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Cómo afrontar las emociones en la búsqueda del embarazo
19 de septiembre de 2006
En la naturaleza del ser humano existe la necesidad de lograr que la vida de las personas perdure a través de sus hijos. En las parejas, la decisión de formar una familia es un gran paso que despierta muchos sentimientos, es un momento lleno de expectativas. Sin embargo, la búsqueda de un bebé no siempre se logra con la facilidad y rapidez que la pareja desea y muchas veces los resultados no son los esperados. Cuando surgen dificultades en el logro del embarazo comienzan a ponerse en juego diferentes sentimientos.

Por lo general, las causas del no embarazo son orgánicas y no psicológicas, aunque es inevitable que esta dificultad provoque problemas emocionales. Es necesario comprender que somos un sistema integral psico-neuro-inmuno-endocrino. Los tratamientos de fertilidad ponen las emociones a flor de piel y las personas se encuentran más vulnerables. Es importante que la pareja comprenda que la ayuda psicológica es parte del tratamiento médico de fertilidad y lo que se sugiere es contar con ella.

Los sentimientos que se despiertan en las parejas que están realizando un tratamiento de fertilidad son de mucha angustia, dolor, miedo y frustración. Entender que el bebé tan deseado no llega en el momento en que la pareja decide formar una familia trae aparejado una sensación de falta de control de la situación y es por ello que la función del médico y del terapeuta es de sostén y contención. La pareja debería poder ocupar entonces el lugar de pacientes dejando las dificultades en mano de los profesionales.

El acompañamiento de grupos y charlas abiertas para las parejas en tratamiento suelen ser muy útiles porque permiten comprender que las sensaciones que se transitan son compartidas, que no hay que preocuparse por sentirse así. Escuchar la experiencia vivida por otros brinda tranquilidad y alivio. Es también, una manera de tejer redes entre sí. Es un espejo que devuelve la mirada del otro.

Es preciso entender que el tiempo es un buen compañero del tratamiento y que esta urgencia por resolver las dificultades -por quedar embarazados- puede jugar en contra. A veces es necesario poder parar, darse un tiempo para recuperarse y volver a empezar para que cuando este milagro tan ansiado se produzca encuentre a una mamá y a un papá fuertes, juntos y preparados para formar una familia un nuevo comienzo.