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El 16% de los niños argentinos padece asma
16 de marzo de 2009
El asma es la enfermedad crónica más común en los niños. Se estima que en Argentina la prevalencia de asma en niños de 6 a 7 años es del 16 % y en adolescentes de 13 a 14 años es de 13,6%. Al tratarse de una enfermedad fluctuante y sostenida en el tiempo, el objetivo fundamental de los tratamientos es poder lograr un control total de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La enfermedad no controlada provoca una reducción en la calidad de vida de los pacientes debido a que sus síntomas afectan la calidad del sueño, limitan las actividades normales, condicionan las actividades deportivas, perturban la vida laboral o escolar y la vida cotidiana, causan afecciones psicológicas tanto en el paciente, como en su familia, e incluso pueden conducir a frecuentes hospitalizaciones.

El control total de la enfermedad implica que el paciente:
- No sufre síntomas de asma o sufre mínimos síntomas.
- No sufre despertares nocturnos debido al asma.
- No tiene necesidad de usar medicación aliviadora de rescate o tiene una necesidad mínima.
- Es capaz de realizar las actividades físicas normales y ejercicio.
- Resultados de Pruebas de Función pulmonar normales o cercanos a lo normal. Las pruebas de función pulmonar son: Volumen espiratorio forzado durante el primer segundo VEF1 y Flujo espiratorio pico FEP.
- No tiene crisis de asma, o éstas son muy infrecuentes.

“El objetivo de los tratamientos es llegar al control total de la patología. Un paciente que no tiene síntomas o tiene expresiones muy leves de la enfermedad mejora su calidad de vida. Esto significa reducir la angustia, el miedo a los ataques y le permite desarrollar con mayor normalidad sus tareas diarias. En el caso de los niños esto se vuelve vital para poder compartir y participar de las actividades escolares sin inconvenientes”, sostuvo Anahi Yañez, del Instituto de Investigaciones en Alergia y Enfermedades Respiratorias (InAER).

Los niños que padecen asma suelen sentirse limitados para realizar actividades cotidianas como correr y compartir juegos con sus pares. A diferencia de lo que se cree comúnmente, el deporte es un excelente complemento del tratamiento del Asma. El Control Total de la enfermedad permite que los pacientes puedan desarrollar las actividades que deseen sin correr riesgos.

El ejercicio favorece la integración social y mejora la autoestima del niño con asma y mediante la práctica el niño puede:

- Mejorar la mecánica respiratoria, usando adecuadamente el diafragma y evitando usar la musculatura respiratoria accesoria.
- Disminuir la contractura de los músculos respiratorios.
- Disminuir la rigidez torácica.
- Corregir defectos posturales.
- Mejorar la movilidad articular.
- Mejorar la función pulmonar y Aumentar la resistencia física.
- Mejorar la calidad de vida del paciente con Asma y su familia

El asma es un trastorno inflamatorio crónico de las vías aéreas, cuyos síntomas principales son sibilancias (silbidos en el pecho), falta de aire, opresión en el pecho y tos, especialmente por la noche y/o por la mañana poco después de despertar. Estos síntomas se asocian habitualmente con limitación del flujo de aire, extensa pero variable, que es reversible, por lo menos en parte, ya sea espontáneamente o con tratamiento.

Los factores desencadenantes más comunes que motivan la aparición de los síntomas son las infecciones virales, la inhalación de alergenos, el humo de tabaco, ciertos contaminantes del aire y gases, e inclusive los cambios climáticos pueden ocasionarlos. El ejercicio e hiperventilación, así como algunos alimentos, aditivos y ciertas drogas, pueden a su vez desencadenar los síntomas.

El tratamiento principal y fundamental para esta enfermedad lo constituyen los medicamentos de control a largo plazo, entre los que se encuentran los corticoesteroides inhalados, los modificadores de leucotrienos, los agonistas-beta de larga duración, la teofilina y el cromoglicato de sodio, y el nedocromil.

Los agonistas-beta de larga duración ayudan a prevenir las crisis nocturnas y su efecto dura entre 12 a 18 horas. Cuando los corticoides inhalados son combinados con agonistas-beta de larga duración, permiten potenciar las acciones broncodilatadoras y lograr un mayor efecto antiinflamatorio con menores dosis. Esta combinación permite el máximo control del asma.

A largo plazo, los síntomas crónicos serán mínimos o nulos, no será necesaria ninguna visita de emergencia u hospitalización, y no habrá limitación en las actividades que realiza el paciente, incluido el ejercicio físico.