Los nuevos datos de dos años del estudio LITHE1, en artritis reumatoidea (AR), demuestran que la droga tocilizumab continua siendo muy efectiva en la inhibición del daño estructural articular y el mantenimiento de tasas elevadas de remisión. Lograr reducir el daño estructural de las articulaciones de los pacientes es uno de los parámetros fundamentales para medir la eficacia del tratamiento de la artritis reumatoidea.

Estos resultados muestran que una mayor proporción de pacientes tratados con tocilizumab y metotrexato (MTX), el medicamento de referencia actualmente, experimentaron una inhibición significativa del daño estructural durante 24 meses de tratamiento, en comparación con el grupo de control. Para evaluar los resultados, se determinó radiológicamente la progresión de la erosión ósea y la disminución del espacio articular.

La mejoría alcanzada es importante para los pacientes, dado que las lesiones articulares causadas por la AR son causa de la incapacidad y el dolor que conlleva esta enfermedad.

Además, los pacientes tratados con tocilizumab mostraron una mejora de la capacidad para realizar sus actividades cotidianas según el cuestionario de valoración de la salud HAQ2. El índice HAQ (Health Assessment Questionnaire Disability Index) es una medida del estado funcional (discapacidad) evaluado por el propio paciente. Se trata de una herramienta de valoración de uso habitual en muchas enfermedades, incluida la AR.

En el estudio LITHE, tocilizumab fue bien tolerado en general, y su perfil global de seguridad después de dos años de tratamiento fue consistente con los datos ya conocidos hasta ahora. Los datos completos de este estudio de dos años se utilizarán para respaldar las solicitudes de registro farmacéutico de las indicaciones inhibición de la progresión del daño estructural y mejora de la función física.

La artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune, crónica, sistémica y progresiva, caracterizada por la inflamación de las membranas que recubren las articulaciones. Esta inflamación causa la pérdida de la forma y el alineamiento de la articulación generando dolor, rigidez e hinchazón, conduciendo a la destrucción irreversible de la articulación y como consecuencia, a la discapacidad. Es una de las formas más comunes de enfermedad autoinmune y más de 21 millones de personas en todo el mundo sufren sus consecuencias.