26 de abril de 2024
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Por Sebastián Martínez
"Puntos de vista": un hecho, varias versiones
27 de febrero de 2008
El recurso argumental es conocido. Se toma una historia, algo contundente, que llame la atención, y luego se lo cuenta desde distintos ángulos, bajo la mirada de diferentes personajes. Ejemplos hay cientos, tanto en el cine como en la literatura, desde "Rashomon" hasta "El cuarteto de Alejandría" y, por supuesto, infinidad de novelas y filmes policiales. “Puntos de vista”, la película que viene de ser suceso de taquilla en los Estados Unidos, es un nuevo ejemplar que se suma a esta tradición narrativa.
Vayamos al grano. Aquí la anécdota es la siguiente. Estamos en Salamanca, España, hacia donde apuntan los ojos del mundo debido a la realización de una cumbre de líderes mundiales contra el terrorismo, que promete ser un verdadero quiebre en la historia de la seguridad global.
Como no podría ser de otro modo en un filme salido de Hollywood, la estrella de la cumbre es el presidente de los Estados Unidos. Por eso, el mandamás de Washington sube a un estrado erigido en una típica plaza española, enfrenta el micrófono ante la expectativa general, saluda a la multitud que lo rodea y, ahí nomás, recibe un disparo en el pecho. Luego, en algún lugar cercano, explota una bomba. Y pocos minutos más tarde una segunda deflagración se produce en la mismísima plaza donde se desarrollaba el mitín internacional.
Eso es casi todo. Un disparo contra el presidente de los Estados Unidos y dos explosiones. Ya tenemos la historia. Ahora, la gracia de “Puntos de vista” pretende ser que este episodio y algunas cuestiones paralelas a él van a ser relatadas desde seis miradas distintas, para finalmente confluir en una visión global, una mirada, como suele decirse, "omnisciente".
De este modo, durante la hora y media que dura esta película, la historia va a ser "contada" por una productora televisiva que transmite la cumbre, un custodio del Servicio Secreto de los Estados Unidos, un turista que graba todo lo que sucede con su camarita portátil, un sospechoso policía español, el presidente de los Estados Unidos y los propios terroristas que organizan el atentado. Y eso es todo lo que se puede relatar de la trama de una película sobre la que se pueden dar argumentos a favor y en contra.
Empecemos por lo malo. Toda la cinta carga el estigma de la subestimación del espectador. La muestra más notoria de esto es que se esfuerza en ser didáctica hasta el absurdo. Los realizadores llegan al punto de simular una suerte de “rebobinado” cada vez que termina uno de los “puntos de vista” y comienza otro, para que todo el mundo, aún el más desatento de los niños, pueda darse cuenta de que se está contando una y otra vez el mismo episodio. Algo tan innecesario. Como también es innecesario el intento por hacer hablar en español castizo a actores estadounidenses, mexicanos, venezolanos y franceses.
Pero también hay cosas buenas. Entre lo positivo que puede marcarse de la película, además de un guión más o menos sólido y con alguna sorpresa, sobresale el elenco. Repasemos algunos de los protagonistas: el presidente de los Estados Unidos es interpretado por William Hurt, la productora televisiva por Sigourney Weaver, el custodio por Dennis Quaid, el policía por Eduardo Noriega y el turista por Forest Whitaker. A ellos se les agrega, para los fanáticos de “Lost”, una de las primeras intervenciones cinematográficas de Matthew Fox, conocido por todos como “Jack Shephard”, el neurocirujano de la isla.
Entre buenas y malas, cuando “Puntos de vista” concluye y nos levantamos para volver a casa, nos queda la sensación de que no es una mala película, que no hay mucho que podamos decir sobre ella y que, tal vez, hubiese sido la tabla de salvación ideal para una de esas visitas al videoclub, en las que llegamos justo cuando todos los filmes que queríamos ver ya estaban alquilados.
Vayamos al grano. Aquí la anécdota es la siguiente. Estamos en Salamanca, España, hacia donde apuntan los ojos del mundo debido a la realización de una cumbre de líderes mundiales contra el terrorismo, que promete ser un verdadero quiebre en la historia de la seguridad global.
Como no podría ser de otro modo en un filme salido de Hollywood, la estrella de la cumbre es el presidente de los Estados Unidos. Por eso, el mandamás de Washington sube a un estrado erigido en una típica plaza española, enfrenta el micrófono ante la expectativa general, saluda a la multitud que lo rodea y, ahí nomás, recibe un disparo en el pecho. Luego, en algún lugar cercano, explota una bomba. Y pocos minutos más tarde una segunda deflagración se produce en la mismísima plaza donde se desarrollaba el mitín internacional.
Eso es casi todo. Un disparo contra el presidente de los Estados Unidos y dos explosiones. Ya tenemos la historia. Ahora, la gracia de “Puntos de vista” pretende ser que este episodio y algunas cuestiones paralelas a él van a ser relatadas desde seis miradas distintas, para finalmente confluir en una visión global, una mirada, como suele decirse, "omnisciente".
De este modo, durante la hora y media que dura esta película, la historia va a ser "contada" por una productora televisiva que transmite la cumbre, un custodio del Servicio Secreto de los Estados Unidos, un turista que graba todo lo que sucede con su camarita portátil, un sospechoso policía español, el presidente de los Estados Unidos y los propios terroristas que organizan el atentado. Y eso es todo lo que se puede relatar de la trama de una película sobre la que se pueden dar argumentos a favor y en contra.
Empecemos por lo malo. Toda la cinta carga el estigma de la subestimación del espectador. La muestra más notoria de esto es que se esfuerza en ser didáctica hasta el absurdo. Los realizadores llegan al punto de simular una suerte de “rebobinado” cada vez que termina uno de los “puntos de vista” y comienza otro, para que todo el mundo, aún el más desatento de los niños, pueda darse cuenta de que se está contando una y otra vez el mismo episodio. Algo tan innecesario. Como también es innecesario el intento por hacer hablar en español castizo a actores estadounidenses, mexicanos, venezolanos y franceses.
Pero también hay cosas buenas. Entre lo positivo que puede marcarse de la película, además de un guión más o menos sólido y con alguna sorpresa, sobresale el elenco. Repasemos algunos de los protagonistas: el presidente de los Estados Unidos es interpretado por William Hurt, la productora televisiva por Sigourney Weaver, el custodio por Dennis Quaid, el policía por Eduardo Noriega y el turista por Forest Whitaker. A ellos se les agrega, para los fanáticos de “Lost”, una de las primeras intervenciones cinematográficas de Matthew Fox, conocido por todos como “Jack Shephard”, el neurocirujano de la isla.
Entre buenas y malas, cuando “Puntos de vista” concluye y nos levantamos para volver a casa, nos queda la sensación de que no es una mala película, que no hay mucho que podamos decir sobre ella y que, tal vez, hubiese sido la tabla de salvación ideal para una de esas visitas al videoclub, en las que llegamos justo cuando todos los filmes que queríamos ver ya estaban alquilados.