"La chica de la capa roja": caperucita teenager - Asteriscos.Tv
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28 de marzo de 2024
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Por Sebastián Martínez
"La chica de la capa roja": caperucita teenager
20 de abril de 2011
Lo primero que habría que saber antes de sentarse a mirar “La chica de la capa roja” es que se trata del primer paso de una nueva avanzada de Hollywood sobre los cuentos infantiles clásicos. En los próximos dos años veremos desfilar por el cine varias versiones de “La bella durmiente” y de “Blancanieves” que formarán parte del mismo fenómeno.

Luego, hay que entender que este movimiento de Hollywood no está destinado a los niños, sino a los adolescentes. Es decir, la intención es transformar los cuentos clásicos, recuperar algunos de los aspectos más tétricos o sexuales que perdieron en el camino, y presentarlos para el gusto de los jóvenes. En este sentido, no es casual que la directora de “La chica de la capa roja” sea Catherine Hardwicke, la misma que está detrás de la saga de “Crepúsculo”.

Dicho esto, y teniendo en claro que estamos ante una maniobra comercial antes que artística, hay que decir que esta nueva versión de “Caperucita roja” tiene algunos aciertos, entre otros tantos extravíos.

La historia se sitúa en una aldea medieval ubicada entre bosques y montañas nevadas. Allí encontramos a Valerie, una joven angelical y bella (Amanda Seyfried), pero no inocente. La chica está enamorada y deseosa de un joven leñador y ese amor es felizmente correspondido. Pero el problema es que su madre le ha arreglado un matrimonio con otro joven, un herrero con cara de buen tipo, que tiene algo más de fortuna.

En medio de este conflicto amoroso, la adorable Valerie y el resto del pueblo viven aterrorizados por la presencia del lobo, al que todos los meses le ofrecen cerdos en sacrificio, para que no ataque a las personas. Pero ese pacto es quebrado por el lobo, el día en que éste ataca a la hermana de Valerie y la mata.

Hay una excursión al bosque para darle caza al monstruo que no resulta como se esperaba y toda la esperanza queda depositada en el Padre Solomon, un sacerdote especializado en la lucha contra las fuerzas oscuras (Gary Oldman), que llega al pueblo con una noticia estremecedora: el lobo no es un animal salvaje, sino un habitante de la aldea que se transforma en licántropo cuando hay luna llena.

Es en este punto donde la película alcanza sus dos mayores logros. Por un lado, porque introduce la figura de este tenebroso sacerdote que logra crear tal estado de paranoia y represión en la aldea, que finalmente todos terminan desconfiando de todos. Y no hay que ser demasiado avispado para notar que la aldea del filme puede funcionar como metáfora de los Estados Unidos luego de los atentados de 2001.

Por otra parte, los guionistas aciertan porque la película se transforma durante varios minutos en una especie de policial, en el que el espectador se ve tentado de investigar detectivescamente para descubrir cuál de los personajes es el hombre lobo.

Estos aciertos luego son dejados en el tintero y la película avanza hacia un final algo tramposo y romanticón, acorde a la estética que Hardwicke le da a todos sus trabajos.

En definitiva, si uno entra a la sala a ver “La chica de la capa roja” con grandes expectativas, posiblemente saldrá un poco decepcionado. Pero si uno es de los que espera encontrarse con un verdadero bodrio, quizás descubra que tras la maraña de golpes de efecto del cine comercial más ramplón, hay dos o tres hallazgos que justifican la entrada.