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28 de marzo de 2024
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Se agrava la crisis en Kenya
La ola de violencia poselectoral ya dejó más de 300 muertos y 100.000 desplazados. La policía usó gases lacrimógenos para dispersar una manifestación
3 de enero de 2008
La candidata opositora Raila Odinga había llamado a un millón de sus seguidores a congregarse en una plaza de la capital keniana para protestar por los resultados de la elección de la semana pasada, en las que el presidente Mwai Kibaki fue reelecto en medio de extendidas acusaciones de fraude.

No hubo señales, sin embargo, de las grandes multitudes que se esperaban. En su lugar, pequeños grupos de unos cientos de manifestantes cada uno intentaron confluir en el centro de la capital desde varias direcciones, mientras la policía trataba de contenerlos en lugares estratégicos.

La policía echó mano a los gases y utilizó camiones hidrantes contra un grupo de manifestantes que levantaron barricadas en una de las principales avenidas de la ciudad en su afán por llegar a la plaza Uhuru, donde estaban convocados por Odinga, informó la agencia de noticias Europa Press.

Un vocero de la policía dijo que los activistas eran en total 2.000 y los acusó de actividades criminales. El gobierno prohibió ayer la manifestación.

La disputa política degeneró en violencia étnica en todo el país, con serios enfrentamientos entre los kikuyus, la etnia del presidente Kibaki, y los luos de Odinga y otras tribus.

Muchos temen el estallido de una guerra civil total, incluso pese a los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis en esta ex colonia británica que hasta hace poco era uno de los países más prósperos y tranquilos del este de Africa.

El presidente de la Unión Africana (UA), John Kufuor, tenía previsto arribar al país para mediar en el conflicto, junto con el presidente de la misión del Commonwealth en Kenia, el ex presidente de Sierra Leona Ahmed Tejan Kabbah.

El premio Nobel de la Paz sudafricano Desmond Tutu llegó ayer para tratar de acercar a Kibaki, de 76 años, y Odinga, de 62. Más de 300 personas murieron y casi 100.000 fueron desplazadas de sus hogares desde que se desató la violencia, tras las elecciones del jueves pasado, según la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias kenianas e internacionales.