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29 de marzo de 2024
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Dan por tierra con mitos sexuales
Un estudio reveló que las personas no pierden su virginidad a menor edad y los casados tienen relaciones con mayor frecuencia. Lea esta suerte de nuevo informe "Kinsey"
1 de noviembre de 2006
Un estudio realizado por investigadores británicos reveló que no existe un vínculo directo entre promiscuidad y enfermedades transmitidas sexualmente.

También que las personas no están perdiendo su virginidad a edades menores y las parejas casadas tienen relaciones sexuales más frecuentes.

El estudio, que desmitifica creencias globales sobre la sexualidad, fue realizado por la London School of Higiene and Tropical Medicines y publicado por la revista médica británica The Lancet.

La seriedad del estudio llevó a que diversos especialistas reconozcan que loa datos del mismo serán útiles para crear políticas que contribuyan a mejorar la salud sexual alrededor del mundo.

"Nuestras ideas preconcebidas fueron aplastadas", expresaron desde la dirección de la investigación, desde donde revelaron que el equipo esperada encontrar el comportamiento más promiscuo en regiones como Africa, con las tasas más altas de enfermedades transmitidas sexualmente. Sin embargo, esta costumbre es más frecuente en países industrializados, donde la incidencia de esas enfermedades es relativamente baja.

En este camino, el estudio explica que la promiscuidad parece ser un factor menos importante que la pobreza y la poca educación - especialmente en la promoción del uso de condones - para la transmisión de enfermedades sexuales.

Por otra parte, el relevamiento sorprende porque la actividad sexual no está comenzando a edades más tempranas, como habitualmente se cree. Así, en la mayoría de las naciones, hombres y mujeres experimentan su debut sexual a fines de la adolescencia, entre los 15 y los 19 años.

Los investigadores encontraron, además, que las personas casadas tienen más frecuencia de relaciones sexuales, y que la edad de matrimonio se ha ido retrasando, incluso en países en desarrollo.

En algunos casos, las mujeres casadas corren más riesgos de infección que las mujeres solteras.

"Una mujer soltera puede demandar más fácilmente protección en una relación sexual en ciertas circunstancias que una mujer casada", explica otro punto de la investigación.