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25 de abril de 2024
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Bush pide más dinero al Congreso para su plan bélico
Quiere 285.000 millones de dólares para continuar con las guerras en Irak y Afganistán. Se lo pedirá al Congreso mediante un proyecto de presupuesto para el 2008
5 de febrero de 2007
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, envió al Congreso su proyecto de presupuesto para el año fiscal 2008 –que va de octubre de este año a setiembre del próximo-, centrado en la guerra contra el terrorismo y que incluye un pedido adicional de 285.000 millones de dólares para los conflictos en Irak y Afganistán para este año y los dos que vienen.

La cifra surge de sumar los U$S 93.400 que Bush quiere que el Parlamento le autorice gastar en esas guerras este año (que se suman a los U$S 70.000 millones ya aprobados y en ejecución), los U$S 141.700 millones que prevé el presupuesto para 2008 y los U$S 50.000 millones que gastaría en 2009.

Si bien son decrecientes las erogaciones para Irak y Afganistán y el presupuesto de 2008 no incluye ninguna previsión de gastos para ese destino a partir de 2010, el propio mandatario aclaró que eso no significa que se esté fijando un cronograma para retirar a las tropas estadounidenses. Hacerlo, argumentó ante los periodistas, daría una señal equivocada "al enemigo".

El portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto añadió que los números del proyecto enviado al Congreso no son los definitivos.

Incluidos los fondos para la guerra de Irak, el presupuesto para el próximo año fiscal prevé un gasto del Pentágono de US$ 628.600 millones, lo que representa más de una quinta parte del total de erogaciones del Estado norteamericano, que según planea el texto llegarán a US$ 2,9 billones. Es la primera vez que, dentro del gasto militar, se da el detalle previsto para la guerra de Irak.

Entre otros puntos, el proyecto enviado al Parlamento incluye un déficit de U$S 239.000 millones -5.000 millones menos que el previsto para el año fiscal en curso- y un camino decreciente del rojo presupuestario que, según el texto, debería transformase en un superávit de U$S 61.000 millones para 2012, tres años después de que concluya el mandato de Bush.

También plantea transformar en definitivos los recortes impositivos que el presidente impulsó durante su primer mandato –lo que le significaría al Estado ingresar U$S 1,6 billones menos en 10 años- y, como contrapartida, ahorrar, sólo en 2008, U$S 78.000 millones en los principales programas públicos de salud.

La presentación del proyecto de presupuesto inicia un largo período en el que sin duda se suscitaran ásperos debates en cuanto a su contenido, sobre todo a partir del reciente cambio de manos en el control de Congreso, ahora en poder de la oposición demócrata que cuestiona el plan de Bush para Irak, los recortes de impuestos y el ahorro en salud.

Las primeras reacciones al texto no se hicieron esperar. "Está desconectado de la realidad e impulsa a Estados Unidos en la dirección equivocada", opinó el titular de la comisión de Presupuesto del Senado, el demócrata Kent Conrad. Su par de la Cámara baja, John Spratt, fue aún más allá: "Dudo que los demócratas apoyen este presupuesto. Y, francamente, me sorprendería que los republicanos lo hagan".