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3 de mayo de 2024
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"Las vacunas tienen que estar a disposición de todos", pidió el Papa
En su mensaje de Navidad, en medio de fuertes restricciones en el Vaticano, el Sumo Pontícife reclamó por la necesidad de "fraternidad en estos tiempos de oscuridad"
25 de diciembre de 2020
El papa Francisco insistió este viernes en su tradicional mensaje de Navidad en "la necesidad de fraternidad" en el mundo, en estos tiempos de pandemia, y en ese fuerte llamado reclamó también a que todos tengan acceso a las vacunas y a los tratamientos anti-coronavirus, "sobre todo a los más vulnerables".

"En este tiempo de oscuridad e incertidumbres aparecen luces de esperanza como la de las vacunas, pero para que estas luces lleven esperanza al mundo entero, tienen que estar a disposición de todos", dijo Francisco, que tal como sucedió en Pascuas -cuando también Italia se encontraba en confinamiento total, como ahora-, pronunció su mensaje e impartió luego la bendición desde el Aula de las Bendiciones del Palacio Apostólico, sin fieles, en lugar que desde el balcón central de la Basílica de San Pedro como ocurría en tiempos normales, cuando la Plaza se llenaba.

"No podemos dejar que los nacionalismos cerrados nos impidan vivir como la verdadera familia humana que somos. No podemos tampoco dejar que el virus del individualismo radical gane y nos deje indiferentes al sufrimiento de los otros hermanos", afirmó. "No puedo ponerme a mí mismo antes que los demás, poniendo las leyes de mercado y las patente sobre las leyes del amor y de la salud de la humanidad", agregó, con palabras muy fuertes y aludiendo directamente a lo que está ocurriendo en este momento en el mundo con el tema de las vacunas.

En este marco, pidió solemnemente a los responsables de los Estados, a los organismos internacionales y a las empresas, "promover la cooperación y no la competencia, y buscar una solución para todos. Vacunas para todos. Especialmente para los más vulnerables y más necesitados de todas las regiones del planeta". "¡En primer lugar, los más vulnerables y necesitados!", insistió.

"Ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras. Estamos todos en la misma barca. Cada persona es mi hermano. En cada persona veo reflejado el rostro de Dios y, en los que sufren, vislumbro al Señor que pide mi ayuda. Lo veo en el enfermo, en el pobre, en el desempleado, en el marginado, en el migrante y en el refugiado", sentenció Francisco, volviendo a subrayar los grandes temas de su pontificado. Retomó, además, una frase ya pronunciada el 27 de marzo pasado, cuando protagonizó, en solitario en una Plaza de San Pedro desolada, una oración por el fin de la pandemia.

Aunque en el mensaje navideño, como siempre, hizo un repaso de la situación geopolítica del mundo, mencionó Medio Oriente, el añejo conflicto palestino-israelí, Siria, Irak, Yemen, Libia y demás guerras y situaciones de terrorismo que ensangrientan otros rincones del planeta, la pandemia estuvo presente desde el principio hasta el final.

rob