25 de abril de 2024
Seguinos en
Últimas noticias
Por Sofía Wachler
Barracas: el peligro del 'efecto burbuja'
13 de abril de 2008
Apenas conocida la noticia del traslado de las dependencias del gobierno porteño al barrio de Barracas, y de los Hospitales Moyano y Borda, distintas fuentes comenzaron a asegurar que los precios de venta de las propiedades habían registrado un aumento del 60 %.
Los alquileres aumentarían de inmediato y significativamente. Una completa y exhaustiva verificación y comprobación “in situ” habría determinado que “ya no hay terrenos disponibles para comprar”.
La buena tierra urbana es un bien escaso en el planeta. En ningún lugar del mundo las revalorizaciones inmobiliarias en el ejido urbano se producen de un día para el otro.
Ni siquiera en los grandes centros urbanos, ejes de la economía mundial. Históricamente son procesos largos de no menos de diez años. Puerto Madero no se hizo en un día...ni en un año, en promedio dos décadas.
Existe un gran desconocimiento de los pormenores de la actividad inmobiliaria y mucha especulación que puede dar lugar a un efecto "burbuja" en Barracas en el corto plazo.
Conviene recordar otros casos. Los intentos de mudar la capital de la Argentina a Viedma durante la presidencia de Raúl Alfonsín y el nunca concretado traslado de la justicia porteña hacia la “ciudad judicial” que se iba a construir en Puerto Madero.
La propuesta del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de centralizar su gestión maximizando su operatividad, la mejora del paisaje urbano en Barracas y los futuros cambios de los usos del suelo es oportuna. Su exitosa implementación es harina de otro costal.
Toda mejora urbana es un valor agregado para la ciudad en su conjunto. Barracas tiene ventajas diferenciales estratégicas: su proximidad con la city porteña, vías de acceso fluidas, amplia red de transporte público y muchas otras.
En estos días ha adquirido un gran protagonismo en los medios el “enorme valor inmobiliario” de “La Manzana de la Locura” (en realidad son dos) denominadas tristemente así, parafraseando a La Manzana de las Luces.
Estas manzanas tienen una superficie de 40 hectáreas, 400.000 m2 en total ¿Qué valor tienen realmente? Hoy todos son falaces, sólo especulaciones. El primer paso es verificar el estado dominial de esos terrenos en lo referente a titularidad, derechos reales y el origen de la donación.
Básicamente requieren de un tratamiento particular y especial por parte de los cuerpos ejecutivos y legislativos como áreas de planeamiento del Gobierno de la Ciudad y legislación vigente. En síntesis un acuerdo técnico y político que puede requerir un tiempo al uso argentino...
La puesta en valor de esas manzanas dependerá exclusivamente de lo anterior. Sería muy diferente si se conservarán los edificios existentes remodelados más un gran parque público o si se construyera el centro comercial más grande de la ciudad o un minicountry urbano o un gran complejo de viviendas.
La visión inmobiliaria es un complejo mix de intuición, sólidos conocimientos económicos con el cruzamiento de confidencial información sociopolítica, una gran audacia, fuertes dosis de adrenalina para tomar riesgos y la ponderación de factores aleatorios de carácter positivo y negativo no siempre mesurables. Producen grandes éxitos pero también estrepitosos fracasos.
Los alquileres aumentarían de inmediato y significativamente. Una completa y exhaustiva verificación y comprobación “in situ” habría determinado que “ya no hay terrenos disponibles para comprar”.
La buena tierra urbana es un bien escaso en el planeta. En ningún lugar del mundo las revalorizaciones inmobiliarias en el ejido urbano se producen de un día para el otro.
Ni siquiera en los grandes centros urbanos, ejes de la economía mundial. Históricamente son procesos largos de no menos de diez años. Puerto Madero no se hizo en un día...ni en un año, en promedio dos décadas.
Existe un gran desconocimiento de los pormenores de la actividad inmobiliaria y mucha especulación que puede dar lugar a un efecto "burbuja" en Barracas en el corto plazo.
Conviene recordar otros casos. Los intentos de mudar la capital de la Argentina a Viedma durante la presidencia de Raúl Alfonsín y el nunca concretado traslado de la justicia porteña hacia la “ciudad judicial” que se iba a construir en Puerto Madero.
La propuesta del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de centralizar su gestión maximizando su operatividad, la mejora del paisaje urbano en Barracas y los futuros cambios de los usos del suelo es oportuna. Su exitosa implementación es harina de otro costal.
Toda mejora urbana es un valor agregado para la ciudad en su conjunto. Barracas tiene ventajas diferenciales estratégicas: su proximidad con la city porteña, vías de acceso fluidas, amplia red de transporte público y muchas otras.
En estos días ha adquirido un gran protagonismo en los medios el “enorme valor inmobiliario” de “La Manzana de la Locura” (en realidad son dos) denominadas tristemente así, parafraseando a La Manzana de las Luces.
Estas manzanas tienen una superficie de 40 hectáreas, 400.000 m2 en total ¿Qué valor tienen realmente? Hoy todos son falaces, sólo especulaciones. El primer paso es verificar el estado dominial de esos terrenos en lo referente a titularidad, derechos reales y el origen de la donación.
Básicamente requieren de un tratamiento particular y especial por parte de los cuerpos ejecutivos y legislativos como áreas de planeamiento del Gobierno de la Ciudad y legislación vigente. En síntesis un acuerdo técnico y político que puede requerir un tiempo al uso argentino...
La puesta en valor de esas manzanas dependerá exclusivamente de lo anterior. Sería muy diferente si se conservarán los edificios existentes remodelados más un gran parque público o si se construyera el centro comercial más grande de la ciudad o un minicountry urbano o un gran complejo de viviendas.
La visión inmobiliaria es un complejo mix de intuición, sólidos conocimientos económicos con el cruzamiento de confidencial información sociopolítica, una gran audacia, fuertes dosis de adrenalina para tomar riesgos y la ponderación de factores aleatorios de carácter positivo y negativo no siempre mesurables. Producen grandes éxitos pero también estrepitosos fracasos.