25 de abril de 2024
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Por Sofía Wachler
Megaplan de obras públicas a puro anuncio
27 de diciembre de 2008
Mucho se ha escrito sobre el ambicioso plan de obras públicas anunciado el pasado 15 de diciembre por la presidenta Cristina Kirchner, tal como lo había prometido en su discurso al cierre de la 56ª Convención de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC).
Uno de los objetivos que tuvo este anuncio fue responder a los reclamos de los constructores que pedían que el PBI de la construcción, que era del 3% pasara al 5%. En los papeles, los números lo confirman.
Pero, falta la letra chica -como la de los seguros-, para efectivamente entender sus alcances.
El efecto buscado por los anuncios fue levantar el ánimo de los empresarios que estaban "muy bajoneados", como se pudo comprobar en la Convención, y la idea central inyectarles confianza y optimismo.
El mensaje fue "continuidad en las inversiones y aún más, profundizándolas", al mejor estilo keynesiano.
En cuanto al monto del plan hay que hilar un poco más fino. En el presupuesto 2009 el total de obras públicas es de $ 42.000 millones, pero con los fondos de la Anses y del Banco Mundial, BID y CAF suman los $ 71.000 millones de pesos.
Un plan muy ambicioso para los tiempos actuales. Pero, la presidente fue más allá y dijo que “hay negociaciones concretas para conseguir otros $ 40.000 millones”, y se originaron otra vez más dudas.
También se hizo hincapié y énfasis en que habría expresa prioridad para obras de corto plazo; lo que va en contra de los intereses de los inversores, que siempre hacen planes a largo plazo.
Las inquietudes de los constructores no mencionadas públicamente son sobre el 2010, porque los $ 71.000 millones están asegurados, lo que “garantiza obras para el 2009”.
Tantas dudas que el secretario de Obras Públicas, José López, tuvo que salir a responder que "no hay obras públicas paralizadas", frente a las expresiones de algunos gobernadores ante el anuncio del megaplán insistiendo que primero se debían terminar las obras en ejecución.
Insistió en que “es posible ejecutar en un año las obras porque existe una planificación centralizada y una ejecución descentralizada a través de las provincias y municipios”. De paso, tuvo que desmentir el anuncio de otro plan de viviendas para la clase media.
Algunas consideraciones. Es poco probable, aún con una muy ajustada programación del destino de los fondos, su instrumentación durante el primer semestre del 2009 en cuanto a especificaciones técnicas, licitaciones y adjudicaciones para obras nuevas. Salvo que ¿se quieran reflotar obras paralizadas o encauzar las licitadas que aún iniciaron su ejecución.
Ni hablar del objetivo de la otra pata del plan “la duplicación de la fuerza laboral en un plazo, no mencionado claramente”. Y de los insumos y productos básicos de la construcción?.
Los economistas consideran a John Maynard Keynes uno de los principales fundadores de la macroeconomía moderna.
Su obra central, la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, desafió el paradigma económico dominante al momento de la publicación en 1936.
En este libro Keynes presenta una teoría basada en la noción de demanda agregada para explicar la variación general de actividad económica, tales como las observadas durante la Gran Depresión de los años 30.
El eje del planteo de Keynes fue desarrollar una política de inversiones estatales en obras públicas (carreteras, pantanos, etcétera) que sirviese de estímulo a la iniciativa privada a través de la demanda de cemento, hierro, componentes industriales.
La mano de obra empleada en estas actividades aminoraría el desempleo, incrementaría la masa de consumidores y estimularía la actividad económica.
Fue exitosa en el gobierno del presidente Roosevelt en el New Deal en 1935.
¿Seguirá teniendo vigencia en la Argentina del siglo XXI?
Uno de los objetivos que tuvo este anuncio fue responder a los reclamos de los constructores que pedían que el PBI de la construcción, que era del 3% pasara al 5%. En los papeles, los números lo confirman.
Pero, falta la letra chica -como la de los seguros-, para efectivamente entender sus alcances.
El efecto buscado por los anuncios fue levantar el ánimo de los empresarios que estaban "muy bajoneados", como se pudo comprobar en la Convención, y la idea central inyectarles confianza y optimismo.
El mensaje fue "continuidad en las inversiones y aún más, profundizándolas", al mejor estilo keynesiano.
En cuanto al monto del plan hay que hilar un poco más fino. En el presupuesto 2009 el total de obras públicas es de $ 42.000 millones, pero con los fondos de la Anses y del Banco Mundial, BID y CAF suman los $ 71.000 millones de pesos.
Un plan muy ambicioso para los tiempos actuales. Pero, la presidente fue más allá y dijo que “hay negociaciones concretas para conseguir otros $ 40.000 millones”, y se originaron otra vez más dudas.
También se hizo hincapié y énfasis en que habría expresa prioridad para obras de corto plazo; lo que va en contra de los intereses de los inversores, que siempre hacen planes a largo plazo.
Las inquietudes de los constructores no mencionadas públicamente son sobre el 2010, porque los $ 71.000 millones están asegurados, lo que “garantiza obras para el 2009”.
Tantas dudas que el secretario de Obras Públicas, José López, tuvo que salir a responder que "no hay obras públicas paralizadas", frente a las expresiones de algunos gobernadores ante el anuncio del megaplán insistiendo que primero se debían terminar las obras en ejecución.
Insistió en que “es posible ejecutar en un año las obras porque existe una planificación centralizada y una ejecución descentralizada a través de las provincias y municipios”. De paso, tuvo que desmentir el anuncio de otro plan de viviendas para la clase media.
Algunas consideraciones. Es poco probable, aún con una muy ajustada programación del destino de los fondos, su instrumentación durante el primer semestre del 2009 en cuanto a especificaciones técnicas, licitaciones y adjudicaciones para obras nuevas. Salvo que ¿se quieran reflotar obras paralizadas o encauzar las licitadas que aún iniciaron su ejecución.
Ni hablar del objetivo de la otra pata del plan “la duplicación de la fuerza laboral en un plazo, no mencionado claramente”. Y de los insumos y productos básicos de la construcción?.
Los economistas consideran a John Maynard Keynes uno de los principales fundadores de la macroeconomía moderna.
Su obra central, la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, desafió el paradigma económico dominante al momento de la publicación en 1936.
En este libro Keynes presenta una teoría basada en la noción de demanda agregada para explicar la variación general de actividad económica, tales como las observadas durante la Gran Depresión de los años 30.
El eje del planteo de Keynes fue desarrollar una política de inversiones estatales en obras públicas (carreteras, pantanos, etcétera) que sirviese de estímulo a la iniciativa privada a través de la demanda de cemento, hierro, componentes industriales.
La mano de obra empleada en estas actividades aminoraría el desempleo, incrementaría la masa de consumidores y estimularía la actividad económica.
Fue exitosa en el gobierno del presidente Roosevelt en el New Deal en 1935.
¿Seguirá teniendo vigencia en la Argentina del siglo XXI?