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25 de abril de 2024
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Por Sofía Wachler
"La hipoteca social en la Argentina es muy fuerte”
12 de octubre de 2010
"La hipoteca social en la Argentina es muy fuerte. Debemos revertir la situación de los jóvenes que no estudian ni trabajan. La esquina ha reemplazado a la casa y hoy es peligrosa. En contextos de pobreza, el joven no encuentra contención en su hogar, sino en la esquina, sinónimo de alcohol y drogas", sostuvo, Mons. Jorge Casaretto, Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Obispo de la Diócesis de San Isidro.

En el marco del Congreso de Vivienda y Desarrollo Humano que se desarrolló los pasados 6 y 7 del corriente en la UCA, añadió que "hay que pensar a largo plazo, y esto supone trabajar en políticas inclusivas de la juventud". Instó, así, a generar posibilidades reales de crecimiento y desarrollo a través de la educación y el trabajo.

Por su parte, Agustín Salvia (UCA – CONICET) presentó el informe sobre la situación habitacional en la Argentina urbana 2004-2009, elaborado por el Observatorio de la Deuda Social, que concluye que las grandes oportunidades económicas desde2004 no han repercutido positivamente en la reducción de las brechas sociales, económicas y sociales.

Añadió que “el 27,3 por ciento de los hogares sufrió un hecho delictivo en 2009, lo que contrasta con la percepción del ministro de Justicia, Julio Alak, para quien la tasa de homicidios bajó 37% entre 2004 y 2008.

Dicho informe disponible en www.uca.edu.ar/observatorio), señala que “ el 14% de la población argentina es ocupantes y o detenta tenencia irregular del espacio geográfico que habita. El 15% alquila, y el 71% de la población es propietaria.

Entre 2004 y 2009, los alquileres aumentaron un 98% en villas y asentamientos y un 79% en regiones habitadas por sectores bajos y medios-bajos. Casi el 10% de la población argentina vive en condiciones de hacinamiento.

En este contexto, el 10% de los habitantes no tiene acceso al agua corriente. Este porcentaje asciende al 28%en villas y asentamientos. Tampoco, el 19% tiene acceso a la red de gas. El déficit es mucho mayor en villas y asentamientos: 73% y el 40% del total de la población no tiene cloacas, ascendiendo a 75% para los que viven en villas y asentamientos, donde el 72% no tiene desagües pluviales, el 15% no tiene alumbrado, y el 66% de las calles no posee pavimento.

Finalmente, Salvia enfatizó en la existencia de una dualidad social, cultural y económica estructural, que resulta en dos sociedades distintas en un mismo país que no consiguen integrarse, y saldar así efectivamente las brechas entre ellas.

Raúl Motta (UNESCO-USAL), afirmó que no tener acceso a la vivienda equivale a perder la condición humana de ciudadanía, de vecindad, y de convivencia, y que la crisis del desarrollo humano está estrechamente vinculada a las repuestas fragmentadas a problemas interactuados.

La investigadora, Ana Suárez (UCA – CONICET) sostuvo que la segregación residencial atenta contra la cohesión social, el acceso a servicios y oportunidades, el desarrollo de capacidades, la participación y ejercicio pleno de derechos.

Por su parte, Norberto Pazos (Centro Argentino de Ingenieros, ex Subsecretario de Vivienda y Desarrollo Urbano de la Nación) hizo hincapié en la necesidad de un cambio de paradigma desde un Estado constructor a un Estado promotor, citando los efectivos casos de Chile y México, que conjugan subsidios, ahorro previo y crédito bancario.