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Verano y sexo: los jóvenes frente a nuevos desafíos
17 de diciembre de 2009
Con la llegada del verano y de las tan ansiadas vacaciones surgen nuevas rutinas, horarios y actividades, especialmente para los más jóvenes que disfrutan desde la mitad de diciembre del cese escolar. Pero esta nueva agenda enfrenta a los padres con la necesidad de marcar pautas y estrategias para que sus hijos adolescentes disfruten el verano sin cometer excesos que los pongan en riesgo.

“Muchos adolescentes pueden tener su primera experiencia sexual en esta época y no siempre llegan a esta instancia conociendo los métodos anticonceptivos y de prevención de las infecciones de transmisión sexual”, asegura Andrea Gómez, psicóloga especializada en sexualidad, miembro del Comité de Desarrollo del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM).

Según datos estadísticos del CELSAM el 62% de las mujeres argentinas se inician sexualmente en la adolescencia. El 11% se inicia antes de los 15 años y el 51% entre los 16 y 19. El 80% de los adolescentes no utiliza un método anticonceptivo la primera vez; 1 de cada 5 embarazos adolescentes ocurren en el primer mes de iniciadas las relaciones sexuales y 1 de cada 2 en los primeros 6 meses.

Para tener en cuenta
- El rol de los padres no puede tomarse vacaciones. Flexibilizar horarios está bien, pero el equilibrio y la moderación son la clave. Las horas de descanso, la alimentación adecuada y la limitación de las horas de Internet o videojuegos son imprescindibles.

- Estar presentes y atentos es indispensable. Saber dónde y con quiénes van a salir, llevarlos hasta el lugar, ver en qué condiciones llegan los chicos y chicas de un baile o una fiesta, irlos a buscar o abrirles la puerta, ayudan a detectar el uso de alcohol y otras sustancias.

- Recordar el valor de la palabra “no” como el límite cuidadoso y amoroso de un adulto que piensa, evalúa y decide en función del bien de su hijo o hija. Los especialistas coinciden en que la falta de control razonable es interpretado como desamor por los hijos.

- Antes de salir de vacaciones es conveniente que las adolescentes realicen una consulta con la ginecóloga/o de confianza, para que el profesional le explique cómo cuidarse y elegir el método más adecuado para cada una/o.

- Las pastillas anticonceptivas tienen una alta eficacia anticonceptiva. Si el médico las ha indicado, son un excelente método de prevención y permitirán, a su vez, tener un escaso o nulo sangrado menstrual, aportando comodidad para las actividades vacacionales.

- Es recomendable que tanto las chicas como los chicos lleven preservativos, tengan o no decidido tener relaciones sexuales. Si surge la posibilidad de un noviazgo, es posible que este sea fugaz o dure lo que duran las vacaciones y no siempre habrá tiempo para realizar análisis médicos a fin de conocer la salud de el/la compañero/a.

- Los y las jóvenes no deberían sentirse obligadas/os o presionados para tener relaciones sexuales. Esto debe ser una decisión personal, profunda y segura. Nadie debe obligar a una persona a hacer algo que no quiera.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el método anticonceptivo recomendado por excelencia para este grupo etario es la combinación de pastillas anticonceptivas y el preservativo. Las pastillas con su efecto anovulatorio, su alta eficacia y reversibilidad, brindan una protección del 99.9% en la prevención del embarazo no planificado. El preservativo, a su vez, es el único método que protege de infecciones de transmisión sexual.

“Los adolescentes suelen tener relaciones sexuales sin planificación previa y a veces en lugares poco cómodos, por lo tanto las pastillas anticonceptivas por no requerir de su aplicación en el mismo momento de la relación sexual son una muy buena opción, pero deben estar acompañados del uso sistemático del preservativo para prevenir las infecciones de transmisión sexual, situación que muchas veces es dejada de lado cuando los jóvenes se encuentran bajo los efectos del alcohol u otros estímulos”, afirma Karina Iza, ginecóloga del CELSAM.

En una investigación cualitativa realizada por CELSAM los adolescentes resaltaron que aún conociendo los métodos anticonceptivos no los usan por sus prejuicios y concepción de los roles que deben ejercer tanto mujeres como varones. Para las chicas, utilizar pastillas anticonceptivas, es mostrarse como una chica rápida y dispuesta a tener sexo.

Según ellas, es el varón quien debe cuidarse, conocer cómo colocarse el preservativo y comprarlos. Cuando su compañero no tiene preservativos a mano o no se lo coloca, ellas no exigen su uso por temor a ser rechazadas y tildadas de chicas con mucha experiencia sexual. Dejan que sea el varón quien decide si lo usa o no. Para los varones el hecho de llevar preservativos podría mostrarlos como sexópatas.

“Dichas expresiones dejan ver cómo los roles de género, es decir, los roles que define la sociedad sobre como deben ser y qué se espera de una mujer y un varón, persisten y atentan contra el derecho y la autonomía de las chicas y varones para decidir y exigir cuidarse en las relaciones sexuales. No es suficiente con conocer los métodos sino que es necesario ampliar y difundir una perspectiva de género equitativa e igualitaria, en cuanto a los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y varones” asegura Gómez.

El CELSAM propone a los jóvenes cuidarse tanto en las vacaciones como a la vuelta de las mismas. El interés y expectativas puestas en las vacaciones pueden servir como oportunidad para realizar la consulta con el ginecólogo y decidirse por un método anticonceptivo y de prevención de infecciones de transmisión sexual. El entusiasmo debería ser acompañado de la conciencia sobre el propio cuidado y el del otro. Decidir cuándo y con quién tener relaciones sexuales, es un derecho humano, es un derecho que todas las personas tienen, tanto adultos como adolescentes.